JINETES SIN CABALLOS

699 73 5
                                    

{JACK}

- Vaya, vaya, mirad quiénes han llegado- se ríe Erick, dirigiéndonos una mirada de superioridad.

- Ríndete, Erick- le pide Zero-. Toda Yanna está siendo atacada por los nuestros, estamos más preparados que nunca y sabes bien que todos tus fanáticos están cayendo.

- ¿Rendirme? ¿Es eso siquiera una opción?- dice divertido.

- Sí- le dice Zeta-. Es eso o morir, tú eliges. Si te rindes, puedes que te perdonemos la vida.

- Lo siento. Pero si me perdonáis la vida sería para pudrirme en una de vuestras cárceles. Y antes prefiero morir. Además, puedo ver que vuestro líder no está de acuerdo con eso.

Y, en efecto, no se equivoca. Erick puede ver, por mi expresión de odio, que no pienso perdonarle nada, que lo mataré, que acabaré con él a toda costa, que le haré sufrir hasta su último aliento y luego me quedaré con su cabeza como trofeo.

- Te equivocas en una cosa, Erick- le digo dando unos pasos hacia él y su legión de zombis-. Aquí no hay ningún líder, no somos como vosotros, escoria, que por mucho que decís que nadie lidera vuestro grupo, tú estás por encima de ellos y, por encima de ti, dirigiéndolo todo están ellos, Los Tres Grandes.

- ¿Qué podría decir? Siempre tiene que haber alguien detrás de todo- se encoge de hombros-. Sabéis que habéis venido a morir, ¿verdad, jinetes sin caballos? ¿Dónde está toda esa majestuosidad que os caracterizaba? Sois los temibles jinetes del apocalipsis, os habéis ganado un nombre, un buen nombre, y con razón. Pero ahora... solo veo a cuatro tontos por los que el tiempo ha pasado factura. Vuestros poderes se están debilitando y vosotros con ellos. Cualquiera que os viera pensaría lo mismo...

Aprieto los puños. Ardo en cólera y odio porque no le falta razón. Y hasta él mismo se ha dado cuenta. Y nuestros caballos... han ido muriendo, uno por uno, por diversas causas como la guerra, los humanos, los zombis, enfermedad o de muerte natural. Y, por mucho que hayamos intentado reemplazarlos por otros, ya nada era lo mismo, nosotros no somos los mismos que antes. 

- Cállate- murmuro dando otros pasos más y esta vez noto cómo los zombis que Erick controla se tensan y se mueven un poco, preparándose.

- Espera, Jack- me para Zombi-. No estamos en nuestra mejor opción todavía, podemos sacarle algo de información.

- ¿Qué murmuráis ahí?- nos pregunta Erick, a lo lejos-. ¿Por qué no avanzáis? ¿Tenéis miedo? Vamos, ya estamos todos muertos. ¿Qué es lo peor que puede pasar?

- ¿Quiénes son Los Tres Grandes? ¿Dónde se esconden?- le pregunta Zombi, bruscamente.

- Son los que limpiarán el mundo de justicieros innecesarios como vosotros- nos responde, emocionado-. Están en todos lados y en ningún lugar. Están aquí y están allí. Están entre nosotros y están entre los muertos. Son los dioses del nuevo mundo. Y vosotros no estáis entre ellos.

Con un grito de furia, Erick Jones empieza todo. Alza sus brazos y es la señal que nos advierte de que la batalla ha comenzado.

- ¡Preparados!- grita Zeta en posición de defensa-. ¡Que ese miserable no se escape!

- Un poco pronto pero... ¡vamos a por ellos!- grita Zombi, alzando su espada.

Y, los cuatro a la vez, aunque en direcciones distintas, echamos a correr.

Nada más llegar hemos intentado controlar a los zombis pero, como la otra vez, Erick tiene más poder sobre ellos. Y, aunque tenga razón, aunque no seamos lo que éramos, aunque el tiempo nos haya pasado factura, aunque seamos jinetes sin caballos, les demostraremos que todavía podemos conseguir grandes cosas.

Apocalipsis Zeta - Parte 7: La última amenazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora