BUSCA Y CAPTURA

1.3K 123 18
                                    

{ZERO}

Siempre hemos sido partidarios de que la naturaleza siga su flujo por sí misma, que la naturaleza elija nuestro destino sin llegar a forzarlo. Por ese motivo procuramos mantener a nuestros amigos los zombies.
Todo ha sido un caos desde el fin de Michael y el inicio del reinado de Rachel Blair. Tuvimos que abandonar nuestro antiguo hogar en el Cañón Del Antílope para establecernos en Yanna y actuar desde allí, la sede de los Nuevos Estados Unidos. Desde entonces hemos estado ayudando a Azula en las investigaciones de la cura y los zombies, en una zona militar construida en la misma isla nevada. Hemos sido conscientes de todo lo que pasaba en el nuevo estado, empezando por las patrullas de aniquilación del enemigo, amigos para nosotros.
Nos negamos, todos nos negamos a dejar que mandaran patrullas para aniquilar a los zombies, tanto normales como corredores sin ningún motivo, solo con la intención de aniquilarlos. Nosotros éramos partidarios de que se marchitaran según su destino natural aunque pasaran años para ello. Pero apenas teníamos poder para hacer algo, algo en contra de un plan en el que todos o la inmensa mayoría de la población estaban de acuerdo. Al final nos vimos obligados a aceptarlo. Los zombies acabarían desapareciendo tarde o temprano pero nosotros preferíamos que fuera más tarde que temprano. Nos negábamos a aceptar sus muertes a menos que fuera necesaria. Son otra raza, otra raza que quizás aún tenga solución, cuya transformación sea reversible. O eso pensábamos antes... Tantos años de investigación y no hemos avanzado casi nada.
Al menos, siempre nos hemos tenido los unos a los otros, nosotros cuatro, hasta ahora...
Falta el alma de los jinetes.
La Muerte.
Vamos a por ella.
Vamos en su búsqueda.
Al lugar donde todo empezó.
Ya hemos llegado.
A San Anselmo.

- Vaya, así que aquí es donde vivía Jack...- dice Zeta admirando la pequeña granja a las afueras del pueblo.
- Un corredor. Cuidado- advierto y Zombi se mueve en su caballo, iba directo hacia él.
Alargo un brazo y ordeno al corredor que se marche.
Tenemos orden de acabar con cualquier zombie que nos encontremos pero eso no funciona con nosotros.
- Entremos- dice Zombi y asiento con la cabeza.

Subimos al piso de arriba.
Registramos las habitaciones.
- Chicos, esto concuerda con la descripción de Rachel- nos avisa Zeta desde una habitación.
- Hmm- murmuro pensativo viendo los restos de una persona sobre una cama manchada de sangre seca.
- Aquí hay huellas- informa Zombi alumbrando las escaleras con una linterna.
- Es definitivo. Estuvo aquí- les digo.
- Pero ya se ha ido. Tendremos que seguir buscando- suspira Zombi.
- ¿Cómo lo hace Jack para pasar desapercibido ante los corredores y llegar tan lejos sin nada?- pregunta Zeta, confusa.
- Ya lo averiguaremos- le digo mientras salimos de la casa, no sin antes coger una foto que Rachel me pidió, una fotografía de ellos dos, los primos Blair.
Parecían tan normales... tan pequeños, débiles e indefensos...
Tan... irreconocibles...
Han cambiado.
Todos lo hemos hecho.

- ¿Te encuentras bien?- me pregunta Zeta mientras cabalgamos hacia San Rafael.
- Sí, solo... estaba pensando- le sonrío levemente.
- ¿Sobre qué?
- En lo mucho que ha cambiado el mundo. Y nuestras vidas- le respondo.
- Es una locura- me dice ella.
- Una jodida locura- interviene Zombi-. Pero no es momento de pensar en eso. Debemos concentrarnos en buscar al idiota.
- Jack...- suspiro-. Esta vez lo encontraremos.

{ZETH}

Hemos buscado por todas partes. Desde donde el pelotón 166 encontraron al extraño zombie. Hemos investigados los alrededores y solo nos encontramos con zombies lentos y corredores, nada nuevo.
Montana es uno de los pocos estados de nuestro país que aún sigue siendo potencialmente peligrosa.
Gracias a las patrullas de aniquilación del enemigo, se han podido limpiar numerosos estados, aunque nunca del todo, lo suficiente para formar nuevas comunidades e ir ampliando nuestro territorio, el territorio de los humanos.
Pero aquí, en Montana corremos mucho peligro.

"Al habla Ian. Requiero atención inmediata"- se escucha por la radio de Ed Kennedy.
- ¿Qué ocurre? Informa de tu posición- le pide Ed.
"Estamos sobrevolando Billings, es una ciudad bastante grande. Hay mucha actividad de los muertos pero el escáner muestra algo diferente, pueden ser supervivientes"- explica.
- Está bien, vamos enseguida- le dice Ed y corta la comunicación.
- Tenemos que llegar hasta Mario- le digo y este asiente.
Echamos a correr hacia la zona despejada donde hemos dejado el helicóptero.

- ¡Adelante, yo te cubro!- le grito a Ed al encontrarnos una pequeña manada de zombies.
El chico empieza a cortar cabezas con su katana mientras disparo con mi fusil hacia los zombies más cercanos a él.

- Echaba de menos este trabajo- digo al acabar con la manada.
- En el fondo, hacemos buen equipo- me dice Ed.
- No te lo niego, aunque en un duelo estarías perdido- le reto.
- Oh, vamos, no me pongas a prueba- dice Ed bajándose su bandana de la cara, algo llena de sangre-. Porque tenemos que concentrarnos en la misión, pero cuando lleguemos a Yanna te acepto la batalla.
- Hecho.

- Ya tardábais- nos dice Mario, el pelirrojo, cuando llegamos al helicóptero.
- Más despegar y menos quejarte- le digo y este me hace caso.
Llegamos a Billings en poco tiempo. Nos colocamos junto al otro helicópero, donde se encuentran Ian, Miguel Kennedy, Nelly y Kevin.

- ¿Cómo vamos a proceder?- pregunta Mario.
- Déjanoslo a Ed y a mí. Se nos da bien el parkour- le digo.
- ¿Qué propones?- pregunta Ed.
- La ciudad está muy infectada. Podemos llegar al lugar que marca el escáner saltando sobre los edificios. Solo necesitamos que nos dejes cerca- le digo a Mario e informo a los miembros del otro helicóptero, a los que se une Miguel, el hermano de Ed.

Bajamos hasta un ático de un edificio de siete plantas.
Hay varios zombies, todos lentos.
No es problema.
Estamos bien armados, los eliminamos en cuestión de segundos.
Con el tiempo, nuestra práctica no ha hecho más que mejorar.
Incluso se ha perdido el temor que nos provocaba.
Pero nunca dejamos de estar alertas.

"Estáis acercándoos"- nos avisa Ian por la radio.
Miro hacia abajo desde la cima de un piso de cinco plantas.
" Debería de haber un callejón"- dice Ian.
- No veo nada- dice Miguel.
- Yo tampoco, solo muertos- dice Ed-. Tal vez esté en el interior del edificio.
"No lo creo, el escáner muestra el punto en el callejón, no puede estar equivocado"- informa Ian-. "Tenéis que capturarlo, sea lo que sea, no podéis permitir que muera. Lo necesitamos con vida."
- Shh, callad- les ordeno.
Afino el oído.
Parece que solo se oye gemidos.
Pero no.
- ¿Qué?- preguntan ambos hermanos a la vez.
Caigo un trozo de roca a la otra calle desde el ático, para atraer a los zombies hacia allí y despejar el callejón.
- ¡Es una mujer!- susurra Ed.
Me acerco al borde del edificio y observo el callejón.
- ¿Está... está cantando...?- pregunta Miguel.
Observo atentamente la figura.
Tiene el cabello rubio, muy largo.
Se esconde al final del callejón sin salida, echa una bola en el suelo, sentada, apoyada en la pared.
No puedo verle la cara.
- ¿Por qué los muertos no se le acercaban?- pregunta Miguel.
- Tal vez sea como Jack- responde Ed.
- No- les contesto-. Eso de ahí no es humano.
"Sea lo que sea- interviene Ian por la radio-, capturadlo".

Apocalipsis Zeta - Parte 7: La última amenazaWhere stories live. Discover now