BUSCÁNDOSE A SI MISMO

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{JACK}

"¡YA ESTOY AQUÍ!"
Un grito me hace estremecer en la cama.
Mi cabeza arde.
Noto un dolor como hace tiempo que no experimentaba.
Intento mantenerme en la realidad, no quiero volver a cometer ninguna locura.
Pero sus pensamientos me atrapan.
Consiguen reunirse con los míos.

"Preocupada."
"Aléjate."
"Jack."
"Me estoy muriendo."
"Estoy llegando."
"Vete."
"Ya estoy aquí."

Cuando me doy cuenta, estoy de pie, frente a Rachel.
O su proyección, mi proyección de ella en mi cabeza.
¿Es esto una alucinación o forma parte de nuestra telepatía?
- Es real, Jack- me responde Rachel, mirándome preocupada.
Empieza a acercarse y retrocedo, hasta chocar con la pared de la habitación, únicamente iluminada por la pequeña lámpara del suelo.
- ¿Qué te ha pasado?- me pregunta Rachel con lágrimas en los ojos, parece que lo está pasando realmente mal-. ¿Por qué lloras?
- Yo... Yo no...- murmuro pero entonces me doy cuenta.
Me doy cuenta de mi estado.
Me observo a mí mismo, tumbado sobre la cama, rodeado de sangre y del cadáver de aquella mujer...
Sollozando, echo una bola, sufriendo.
- ¿Dónde estás, Jack?- me pregunta mi prima.
- No... No te lo puedo decir...- le respondo, aunque sé que está desesperada por encontrarme y ayudarme-. Tú... No puedes hacer nada. Nadie puede.
Rachel cierra los ojos y mantiene una expresión concentrada.
- No- intento pararla yendo hacia ella pero acabo atravesándola, como si fuera una mera proyección digital, que en cierto modo lo es-. ¡No! ¡No lo hagas! ¡Aaaah!
Intento sacármela de la cabeza.
Está sobrepasando los límites.
Tengo que expulsarla.
La proyección de mi cuerpo empieza a convulsionar, como si fuera a explotar de un momento a otro.
No puede meterse dentro de mí, no puede llegar a controlarme.
No dejaré que llegue a esos extremos solo para saber dónde me encuentro.
"¡SAL! ¡SAL AHORA MISMO, RACHEL!"
Grito en mi interior.
Grito lleno de coraje.
Hago acopio de todas mis fuerzas.
La proyección de Rachel ha desaparecido, mezclándose con la mía.
Tengo que despertar.
Intento caminar hacia mi cuerpo sobre la cama pero me cuesta moverme.
Es como si estuviera hecho de piedra.
Como si la gravedad hubiera cambiado y de repente pesara treinta toneladas.

Miles de imágenes se me vienen a la cabeza, toda la vida de Rachel, todo lo que ella piensa o ha pensado, todo lo que ha experimentado, todo lo que ha vivido y sentido. Y en cierto modo... somos muy parecidos...

"¡FUERAAAAA!"
Me pierdo en mis pensamientos, en los míos y en los de Rachel.
Todo está confuso.
No sé en que momento me encuentro ahora mismo.
Vuelvo a experimentarlo todo.

Huí. Tenía que hacerlo. Hacía un tiempo que me notaba raro. Podía hacerme una herida bien profunda que no sentía nada de dolor. Perdía sangre pero me sentía igual, igual o incluso mejor, más fuerte, más vivo, y a la vez, más muerto. Incluso intenté quitarme la vida clavándome una vara de metal por el pecho pero la herida terminó cicatrizando y volví a mi vida "normal". Tenía miedo de que me pasara algo parecido desde la primera vez que me mordieron. Desde que empecé a palidecer, cosa que había parado un tiempo pero he vuelto a volverme de un tono más y más pálido. No quiero aceptar los hechos, me niego. No podía preocupar a nadie. No quería que nadie cargara con esta carga salvo yo. Por eso decidí huir de Yanna, alejarme de todos aquellos a los que amo, de mi familia. Escapé de toda responsabilidad, solo, sin nada que me atara. En un paseo por encontrarme a mí mismo, descubrir que o quién soy, y luchar contra mi principal enemigo, mi mente. Tenía que hacerlo... tenía que volver...

- ¡No!- grito doblándome en la cama, abriendo bien los ojos.
Miro alrededor, estoy donde mismo.
- ¿Rachel?- la llamo pero ni rastro de ella.
Se ha ido.
Ya no la siento cerca.
Ya no siento nuestra conexión.
Me duele la cabeza.
Eso es buena señal, señal de que sigo siendo humano.
Intento levantarme pero mi cuerpo no me lo permite y vuelvo a caer.
Estoy cansado.
Cansado de todo esto.
Necesito... necesito descansar...

{LIAM}

- ¡Rachel! ¡¿Rachel?!
Grito su nombre mientras la sostengo entre mis brazos, mientras mis lágrimas bañan mi rostro.
Ha ido demasiado lejos.
Apenas le noto el pulso.
Va disminuyendo.
Está inconsciente.
Se está adentrando en un lugar demasiado oscuro.
Un lugar con un punto de no retorno.
Y no puedo dejarla ir, no puedo.
No soy capaz...

- ¡Rachel! ¡Respira!- le grito mientras la tumbo y empiezo a apretarle el pecho seguidas veces, mientras mi vista se me nubla.
Podría pedir ayuda pero tardarían demasiado.
Tengo que hacerlo yo.
Tengo que traerla de vuelta.
Antes de que sea demasiado tarde.
- ¡Vuelve!- le grito y le hago el boca a boca-. ¡Vuelve a la vida! ¡Te necesito! ¡Todos te necesitamos! ¡No puedes dejar todo lo que hemos construido juntos! ¡No puedes tirarlo todo por la borda! ¡No seas tan egoísta!
Grito intentando reanimarla.
Pero ya no tiene pulso.
Mis manos empiezan a temblar.
Alguien abre la puerta.
Es Luke.
- ¡¿Qué está pasando?!- grita alarmado, arrodillándose a mi lado para ayudar.
- ¡Rachel, no quiere volver!- grito entre lágrimas.
- ¡No! ¡No, no, no!- se lamenta Luke mientras golpea su pecho y yo le inyecto aire-. ¡No nos abandones!
- ¡Rachel, Rachel, Rachel!- la llamo en vano.
No respira.
No tiene pulso.
- ¡No!- me grita Luke-. ¡Aún no! ¡No te des por vencido!
- ¡Rachel!- grito entre lamentos, acunando a mi chica-. Por favor...

Una respiración agitada surge de la boca de Rachel.
Respira ajetreadamente, recuperando todo el aire que había perdido.
Volviendo a la vida.
La abrazo con delicadeza, llorando sobre su hombro.
Luke suspira aliviado, con lágrimas también en su rostro.
Rachel se lleva las manos a la cabeza y mira alrededor.
Me mira a mí.
- ¿Por qué...? ¿Por qué lo has hecho?- le pregunto, con el corazón en un puño.
- Tenía...- murmura Rachel, ronca-. Tenía que hacerlo. Ya sé donde está Jack...
- ¿Dónde?- pregunta Luke.
- ¡Qué más da eso! ¡Lo importante es que estás bien, me has dado un susto de muerte!- le digo secándome las lágrimas.
- Lo siento. No creí que llegara tan lejos...- murmura ella-. Jack... Ha vuelto... ha vuelto a donde todo empezó...

Apocalipsis Zeta - Parte 7: La última amenazaWhere stories live. Discover now