Capítulo 23. Un nuevo comienzo

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Antecedentes...

De mi FIC anterior: Can y Sanem anuncian a la familia de ella y Emre que han vuelto. Sólo Mevkibe da una oportunidad a la pareja. Nihat abandona el patio donde desayunan y se encierra en la habitación; hacia allí se dirige Sanem y lo que hablan ya pudimos verlo ayer (o intuirlo) en el capítulo. Capítulo que, por cierto, parece ser no ha escrito Ayse sino Saugin Delibas y Fethi Kantarci, los nuevos guionistas.
Por cierto, casi acierto con el nombre de la primogénita de Can y Sanem...
Deniz = Mar
Derya = Océano.
Si no usé Deniz fue porque ya había un personaje con este nombre en la serie pero os juro que lo tuve en cuenta. En fin. Sigo.

De la propia serie: Can y Sanem, tras pasar un capítulo donde a todos nos tuvieron en las nubes y una noche inolvidable de hamaca, sufren un accidente de coche.

Escena post-capítulo, aquí os la dejo:

Estambul, 10 de julio de 2019 07:18 AM

Sanem sentía que el alma había abandonado su cuerpo cuando se apoyó en la puerta del coche de alquiler y vio a Can sin conocimiento. Todo giraba a su alrededor, no había una parte de su cuerpo que no le doliera pero nada era comparable con la angustia que sentía dentro del pecho. Solo quería gritar y gritar pero el sonido no salía.
En el jardín de casa de Sanem, a la misma hora
Deren, Muzo y CeyCey están tomando notas sobre los antiguos clientes de Fikri Harika. Intentando clasificarlos por orden de importancia para volver a contactar con ellos.
-La verdad -dijo Deren-, no entiendo que se vayan dos años y nos dejen a los demás con este marrón.
CeyCey se levantó para ponerse más café cuando la taza se le resbaló de las manos.
-Señorita Deren, llame a Sanem, es urgente ¡URGENTE! ¡Localícela ahora mismo! ¡Ahora! -comenzó a gritar con su tono habitual de entrada en crisis mientras él marcaba el número de Can en su propio smartphone.

En Irlanda, 05:18 AM (hora local)

Sean acaba de ponerse los pantalones y se estaba poniendo un jersey de hilo blanco cuando un grito desgarrado, procedente de la cama, le taladró los oídos.
-¡Caaan, Saneeem!
Mara despertó de repente. El corazón le latía desbocado. Tardó en enfocar la vista pero Sean ya estaba a su lado.
-¿Qué pasa, cielo?
Mara apenas si podía hablar. Trataba de poner en orden el caos que tenía en la cabeza e intentaba al mismo tiempo controlar los latidos de su corazón.
-Sean, avisa a Ayhan. Que llame a CeyCey. Algo ha pasado. ¡Corre! ¡CORRE!
Sean alcanzó el móvil que tenía en la mesita de noche y ni siquiera preguntó por qué o cómo, simplemente hizo lo que Mara le pedía.
-Ayhan, soy Paddy, perdona que te despierte. Mara dice que localices a CeyCey de inmediato. Nos vemos en el comedor en cuanto puedas.

Estambul

Las sirenas taladraban los oídos de Sanem que seguía aturdida. Se había metido dentro del coche y sostenía sobre su regazo la cabeza de Can mientras las lágrimas no dejaban de brotar.
-Vamos, Can, cariño, despierta. ¡No puedes dejarme, ahora no! ¡Me prometiste que nunca te marcharías! ¡Que si te ibas, iría contigo! ¡Yo estoy aquí! ¿Dónde estás, dónde está mi Albatros?
Los paramédicos de la ambulancia tomaron las constantes vitales de Can y comprobaron que estaba vivo. Su ritmo cardíaco era muy débil pero estaban seguros que saldría de ésta.
El móvil de Sanem comenzó a sonar pero la joven estaba en tal estado de confusión que ni caso hacía.
-Señora, nos lo llevamos. Usted tendrá que acompañarnos. Tendremos que realizarle también pruebas, podría tener lesiones internas.
Pero Sanem no escuchaba. Estaba ida. Aun así fue capaz de sentir la falta de los cabellos de Can en sus manos y de su cabeza en el regazo cuando la apartaron de su cuerpo inconsciente.
Otro paramédico la ayudó a ella a salir del coche y la acompañó a la ambulancia.
Los policías que habían acordonado la zona, retiraron los objetos personales de los accidentados y procedieron a buscar entre los contactos de los móviles para avisar a familiares y parientes. Pasaron de las llamadas entrantes que eran varias de un tal CeyCey en ambos móviles y se fueron al registro de llamadas emitidas. La última llamada registrada en el teléfono de la chica había sido a su hermana y en el teléfono de él aparecía una realizada a su padre.

Erkenci KuşWhere stories live. Discover now