1- Lamentos

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Hay veces en las que puedo dormir, en las que no te pienso tanto

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Hay veces en las que puedo dormir, en las que no te pienso tanto. Noches en las que me escapo de este cuerpo triste y llego a tus brazos. Hay días en que tu recuerdo me saca una sonrisa. En las que vuelvo a esa casa de playa, a mi sensual bóxer blanco y a tu mirada leonina encima de mí.

Hay días en los que me esperanzo y digo que todo mejorará. Que la vida volverá a ser justa, que me devolverá los días arrebatados, y castigará los dolores que me infligieron.

Alguna vez te dije que nada extraordinario había pasado en mi vida.

Estaba equivocado.

Tú lo has sido, llenaste de alegría cada día hasta que de pronto decidiste esfumarte y mostrarme que había alguien mucho más importante que yo.

Me gustan las mañanas aquí, los pájaros revoloteando, la brisa que mueve los árboles de los bosques cercanos y el río, ese inmenso caudal a pasos de mí que fluye a lugares que sólo alcanzo a dibujar en mi mente.
Jamás creí extrañar tanto algo tan simple. Supongo que tenía que perderlo para apreciar su valor.

Postrado en esta silla de ruedas las horas se hacen eternas, el amanecer nunca llega y las noches me aterrorizan.
Te he extrañado demasiado tiempo y lucho cada día para que dejes ir a mi corazón, pero, a veces, pienso que es una batalla perdida.
Te amo a cada paso, aunque suene como la más absurda de las ironías, y saber que sólo fui un nombre más en tu vida hace que me llene de rabia y resentimiento.

Basta, lo digo una y otra vez, el quererte es el menor de mis problemas ahora...

**********

Damián abre los ojos lentamente, una luz suave se las ha ingeniado para colarse tras el cortinado celeste. Ha dormido profundamente por el cansancio, como lo lleva haciendo desde hace 2 meses desde que regresó a su país.

Un pequeño ronroneo lo hace inclinar la cabeza hacia el costado derecho. Martin tiene apresado su brazo y tiene una mueca de una sonrisa en sus labios.

Lo ama y, si Damián tenía alguna duda, este hombre se ha encargado de disiparlas todas con la decisión que ha tomado.
Acaricia suavemente su mejilla y Martin, todavía dormido, sigue ese movimiento.

Ha despertado, un día más de lucha frente a este tormento y la angustia que lo invade.

Lentamente se desliza entre las sábanas, alejándose del cuerpo tibio a su lado.
Es hermoso cuando duerme, bueno, es hermoso en todo momento, sin embargo, cuando está en calma desborda belleza. Sus pestañas que rozan sus mejillas, negras y abundantes, su rostro recio con una mandíbula perfilada y sus labios, ese paraíso terrenal en donde Damián adoraría quedarse a vivir, si fuera posible.

Se pone de pie y estira cada músculo de su cuerpo, sin importar las horas de sueño, la fatiga lo persigue.

Damián sabe que no es cansancio físico, sino del alma.
Es su corazón quien late apesadumbrado y vive bajo el peso de la conciencia de haber arriesgado a su familia en pos de ayudar a los demás.
Da pasos lentos hacia las cortinas y abre una de ellas y es entonces cuando una mezcla de enojo y tristeza lo golpea.
Su niño, su primo, su hermano, está a metros de la casa.
Todos los días es la misma rutina y Damián está cansado de ser un simple e impotente observador.

ESTEROS S.B.O Libro 8 (Romance gay +18)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora