― Di que eres mío.
― Tú primero...
La conversación llegó a su cabeza mientras Mike observaba las fotos que revelaban el dolor y la tragedia en la que había caído Emiliano Blake.
Mike había sido tan culpable como Eros, su amante de toda la vida. Lo...
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Michael llegó temprano a la casa de Brandon, Paulina ya estaba ahí y le dio una mirada de pocos amigos, como sucedía normalmente.
― Hola
La rubia asintió con gesto gruñón mientras buscaba una botella de agua y se hidrataba después, de una sesión de entrenamiento físico.
― Ven, pasemos a la sala...
Brandon palmeó su brazo y se dirigieron a la gran sala que se parecía más a un centro de operaciones. Mike se sentó en el sofá, frente a él había una gran pantalla.
― Cuéntame, Bran...
El hombre apuntó el control hacia la pantalla y proyectó el mapa de Sudán del Sur.
― Caely estará rodeada de alrededor de 10 hombres, será nuestra única oportunidad cuando realice la transacción con la facción de Machar, luego de eso, tendremos todo un pelotón a nuestras espaldas...
Sudán del sur estaba dividido en un conflicto civil desde hacía años, y se había incrementado cuando del seno del propio gobierno de Salva Kiir se había generado un grupo que acompañaba a su vicepresidente Riek Machar. Era la disputa más atroz y sangrienta que continuaba azotando África.
Caely había logrado posicionarse como comerciante de armas del grupo rebelde.
― ¿Dónde es el punto de reunión?
― A las afueras de Nasir, a 450 kilómetros de Yuba.
― Bien, ¿las opciones de escape?
― Bueno, si salimos de esa, tenemos Etiopía hacia el este, sino Talodi en Sudán. No podemos regresar a Yuba, muchos estarán enojados.
Mike cruzó la pierna y se afirmó sobre ella, los caminos eran difíciles.
― Apenas pongamos un pie en el territorio ella sabrá de nuestra presencia.
― Es probable.
― ¿Cómo sabes que no nos tenderá una emboscada?
― Tengo un contacto allí...
Aclaró Paulina, sentándose sobre la mesa donde estaba el proyector.
― ¿Sabes cuántas veces he escuchado eso?
― ¿Quiénes son los expertos aquí tú o nosotros? —. Mike frunció el ceño.
― A veces eres demasiado imbécil, Paulina.
― Viniendo de ti, es algo que no me molesta, retrasado.
― ¡Ya! — gritó Charles, pasando las imágenes — esto es importante para Mike, y muy arriesgado teniendo en cuenta que sólo iremos nosotros. Te agradecería que dejaras esa actitud de mierda porque sabes tan bien como yo que lo que dice Michael es una posibilidad.
