64-Perdóname

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Martin y Damián llegaron al hotel luego de la discusión con Bastian

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Martin y Damián llegaron al hotel luego de la discusión con Bastian. El sudafricano desarmó su valija buscando una camiseta de algodón que no encontraba

― Estoy seguro de que la traje.

― Martin, no lo hiciste.

― ¿Cómo lo sabes?

― Te ayudé a armar tu maleta, ¿recuerdas?

Martin cerró la valija y caminó hacia la cama donde estaba sentado Damián quien se estaba quitando las zapatillas.

― ¿Qué haces?

― Voy a darme una ducha, me siento asqueroso de lo sudado que estoy...

El médico se quitó la camiseta, el pantalón y su novio lo examinaba sin pestañear.

― Tenías razón...

Se aclaró la garganta, intentando sonar convencido.

― ¿Sobre qué?

― Bastian y Brandon...

Damián iba a sacarse el bóxer, esos ojos azules lascivos y provocadores estaban sobre su bulto avergonzándolo.

― Me encanta que empieces a entender que no siempre puedes salirte con la suya.

― Me ha dolido aceptarlo y.... creo que mis equivocaciones me han costado demasiado. Todavía estoy pagando el precio de la última.

Damián dio un suspiro abrazándose a sí mismo, sin reparar en Martin. Este se puso de pie y fue hacia él. Sus dedos finos y largos se pasearon contorneando los músculos de los brazos.

― Estuviste fantástico allí mientras ayudábamos a Mike y Brandon, la forma en que actuaste es obvio que has estado en situaciones límites antes.

― Jamás algo como eso, sólo hice lo que podía...

― ¡Ya basta de humildad! — golpeó el brazo con molestia — ¡Eres genial, hombre!

― Nunca me creí alguien especial, Martin. Soy un hombre común que encontró una bendición en el momento más duro de su vida.

Martin ciñó sus brazos a la minúscula cintura logrando que no hubiera espacio de separación entre ellos. Tragó saliva al momento en que ese hombre acariciaba su cabello lacio y lo peinaba.

― Y luego dices que eres un hombre común...

― Eres un tonto.

― No, Damián, no lo soy, al menos, todavía puedo darme cuenta de que las únicas decisiones coherentes que he tomado siempre han sido contigo apoyándome.

― Amor...

― Déjame decir todo esto que ruge en mi pecho y no encuentro las palabras necesarias. Era nada antes de conocerte, sólo un niño rico caprichoso que jugaba con la gente, ni siquiera valoraba mi familia. Tú me demostraste que podía hacerme cargo de mi empresa, ser algo más que una cara bonita, tener una familia a la que amo, reconciliarme con mi padre y cobijar a mis hermanos pequeños. Tú lograste que me reencontrara con mi madre.

ESTEROS S.B.O Libro 8 (Romance gay +18)Where stories live. Discover now