― Di que eres mío.
― Tú primero...
La conversación llegó a su cabeza mientras Mike observaba las fotos que revelaban el dolor y la tragedia en la que había caído Emiliano Blake.
Mike había sido tan culpable como Eros, su amante de toda la vida. Lo...
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La vida tiene vueltas inexplicables, aunque, sin duda, ninguna como la unión de la pareja que tengo frente a mis ojos.
El lenguaje, esa sucesión de símbolos y sonidos que nos separan del resto de las especies, lo que nos hace humanos, no mejores, pero sí diferentes al resto de los seres que pisan este planeta.
Mi hermano Martin ha llevado demasiados motes en la vida: engreído, soberbio, inmaduro, estúpido, imbécil, y quizás, es todo eso y mucho más, sin embargo, si reparo hoy en él me llega a la mente una sola palabra; enamorado.
Ama a ese hombre frente a él con todas sus fuerzas, son tan diferentes y similares al mismo tiempo.
Damián es un gran hombre, mejor que cualquiera que haya conocido, le da un significado a lo hermoso que, hasta este momento, no había descubierto.
Para mí, desde pequeño, la hermosura tenía que ver con el exterior, uno puede pasearse por un parque deleitarse con el verde de los árboles, la amalgama de colores de las flores y decir que es hermoso, puedes observar a una mujer de curvas pronunciadas y sonrisa libidinosa y pensar del mismo modo.
Damián Blake vino a romper ese paradigma en mi vida, él es hermoso no sólo por su aspecto físico, si de pronto, aumentara de peso y se le cayera el cabello continuaría siendo terriblemente hermoso.
No es lo que eres, sino lo que emanas, lo que le entregas a la gente de manera incondicional y los hace sentir especiales como si fueran rosas y cada uno de sus pétalos tuvieran el mismo valor.
Se podría decir que mi hermano ha sido esa rosa que encontró el jardinero perfecto, la cultiva, la protege del calor extremo, de la intemperie, el frío y le da todo, a pesar de que, a veces, la preciada flor tiene demasiadas espinas y cada tanto desgarran su piel.
"Mo chuisle mo chroí".
La frase me pareció un trabalenguas apenas la leí en cada tarjeta de invitación hace un mes atrás, desconocía su significado y quizás, todavía lo hago.
"El pulso de mi corazón".
No fue hasta que mi hermano rompió en llanto que me percaté de la profundidad del sentimiento, de que ambos merecían estar juntos y habían nacido el uno para el otro.
El hijo pequeño de Damián es quien lleva los anillos hoy, es tan lindo. La inocencia nos da esa aura de belleza fuera de este mundo, la misma que vamos perdiendo a medida que crecemos y caemos en la realidad.
Esos anillos han formado parte de la vida de Damián, de su familia, y ahora, mientras la pieza metálica se desliza sobre el dedo anular de Martin pasan a formar parte de mi hermano y de nuestra familia. Esa promesa de amor eterno también es mía porque me hace creer que el mundo es algo mejor y siempre debemos esperar esa luz que nos ilumine y haga que todo valga la pena.
