― Di que eres mío.
― Tú primero...
La conversación llegó a su cabeza mientras Mike observaba las fotos que revelaban el dolor y la tragedia en la que había caído Emiliano Blake.
Mike había sido tan culpable como Eros, su amante de toda la vida. Lo...
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Bastian "insoportable" Driesen. Se podía decir muchas cosas del mocoso que tenía una boca demasiado grande, sin embargo, lo que resultaba innegable era su talento para seducir a las chicas.
Llegó a la escuela, y se arregló la chaqueta. Amalia se acercaba a la puerta con los dos guardaespaldas.
"Esto es un estudio exploratorio, observa, concéntrate en los detalles, escríbelos si es necesario, hay que ganarse la confianza, sin eso, el plan no dará resultado".
La voz de Dominic resonó en su cabeza cuando decidió acercarse a Amalia y dejar caer un libro cerca de ella.
― Discúlpame, no te vi.
Los dos hombres enormes que la escoltaban intentaron acercarse, pero, ella los frenó.
― No hay problema...
Observó el libro que llevaba y quedó más que sorprendida.
― ¿Te gusta Elizabeth Barret?
― Es una de mis autoras favoritas.
Agregó como si tuviera un manejo magistral de la obra que había leído hacia sólo una hora atrás.
― "Dilo, dilo otra vez y repite de nuevo, que me quieres, aunque esta palabra repetida" ...
― "En tus labios, el canto del cuclillo recuerde, y no olvides nunca la fresca primavera".
Amalia se encogió de hombros y sonrió con timidez y alegría, tenía facciones tan delicadas, estaba llena de inocencia ¿sería consciente del monstruo que la había engendrado?
― No sabía que leías esta clase de libros.
― Bueno — Bastian se arregló el cuello de la chaqueta — no es algo que le cuente a todo el mundo, se diría que es mi pequeño secreto, ¿puedo confiar en que no dirás una palabra?
― Lo juro...
Repitió con solemnidad, como si lo que fuera a salir de sus labios arruinara la reputación de ese caballero que era lo más parecido al príncipe azul.
Bastian tenía pocos escrúpulos, sin embargo, cuando la chica se colocó al borde de las lágrimas de la emoción en el momento en que la invitó a salir, el muchacho se sintió como una gran mierda.
― Dios, esto es un asco...
― ¿Qué te ocurre?
Preguntó Dominic mientras Bastian se trepaba al deportivo y lanzaba el libro en el piso del auto.
