― Hay que hacer una videollamada y dar el mensaje, Caely tiene un teléfono satelital, igual al de Amalia, según lo que me contó ella...
Emiliano se encontraba cruzado de brazos observando hacia el exterior de la mansión a través del ventanal. Era una seguridad precaria la que tenían, esa mujer los encontraría y debían actuar lo antes posible.
― Bien... es hora...
El médico se acercó a Amalia y tomó sus manos con cuidado.
― Escucha tendremos que atarte y amordazarte ¿de acuerdo?
La chica asintió con timidez. Dominic y Cameron sujetaban la cinta de embalar y la ataban de pies y manos para luego colocar un pañuelo cubriendo su boca.
― ¿Puedes hacer esto?
― Tengo que hacerlo — dijo Emiliano.
― ¿No deberías cubrirte?
― No, no me interesa cubrir quien soy...
Marcó el número, desactivando el sistema de rastreo del teléfono tal y como Amalia les había indicado. Si sobrevivían, Emiliano sabía que debía erigirle un monumento a Bastian, nada se hubiera logrado sin él.
Uno, dos tonos y Caely respondió.
― ¡Victoria!
El tono plagado de desolación y desconsuelo, Emiliano estuvo a punto de sentirse mal por ella, cuando recordó el motivo por el cual estaba en esta situación.
― No soy Victoria, tengo a tu hija, y tú tienes algo que yo quiero...
― Hijo de puta, te voy a cazar y haré de tu vida un infierno.
― Buen trabajo, ya lo has hecho, ahora, si no escuchas lo que debes hacer, te voy a devolver el favor con gusto.
Conteniendo la rabia y la desesperación Caely quedó en silencio, sin alternativa posible.
― Bien — dijo con voz firme Emiliano — veo que nos estamos entendiendo...
― ¿Qué quieres?
― A Michael y a los Brandon...
― Pierdes el tiempo... no los tengo.
Emi apretó las manos en un puño.
― Qué pena... entonces dile adiós a tu pequeña.
― No te atreverías.
― ¿Quieres apostar?
Cortó la comunicación, Emi respiró apenas controlando sus manos temblorosas.
― ¿Qué haces? — indagó Damián.
― Negociando...
El celular vibró en su mano treinta segundos después.
― Maldito bastardo...
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ESTEROS S.B.O Libro 8 (Romance gay +18)
Romance― Di que eres mío. ― Tú primero... La conversación llegó a su cabeza mientras Mike observaba las fotos que revelaban el dolor y la tragedia en la que había caído Emiliano Blake. Mike había sido tan culpable como Eros, su amante de toda la vida. Lo...