― Di que eres mío.
― Tú primero...
La conversación llegó a su cabeza mientras Mike observaba las fotos que revelaban el dolor y la tragedia en la que había caído Emiliano Blake.
Mike había sido tan culpable como Eros, su amante de toda la vida. Lo...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
― Vaya...esta foto es impresionante ¿Cómo dijiste que se llama esa cosa?
― Es una Uzi, es un arma que usó mucho tiempo el ejército israelí es como la que usaba Dominic ese día del rescate.
― Te ves sexy ahí...
Brandon rodeó la cintura y apoyó la espalda de Bastian a su torso, acariciando con su nariz el cuello, extasiándose con su aroma.
Estaban en medio de la sala, observando las fotos en la pared, esa realidad ahora parecía lejana, y a la cual Brandon no estaba seguro de regresar algún día. Habían tenido suerte, y sentía que no tenía que seguir poniendo a prueba la buena fortuna.
― ¿Crees que soy sexy?
― Digo...para un dinosaurio, es bastante sexy.
La carcajada de Brandon retumbó en la sala. Bastian estaba nervioso y tal vez, la forma de compensarlo era con su humor.
― ¿Cómo lograste zafarte de la fiesta?
― Le dije a Martin que los que preguntaran les dijera que no me sentía bien...
― Buena mentira, espero que no sea una normalidad en ti.
― ¿Las mentiras?, me salen tan naturales como respirar.
― Descarado.
Bastian sujetó el brazo que aprisionaba su cintura al tiempo que giraba su rostro hacia Brandon y lo besaba.
― ¿Tomas algo?
― ¿Qué tienes?
El hombre se alejó del chico y se acercó al minibar.
― Vodka, vino, champagne, cerveza.
― ¿Qué bebes tú?
― Cerveza.
― Eso está bien para mí también...
Brandon se quitó el saco y lo dejó sobre el sofá para después acercarle las cervezas.
― Ponte cómodo.
― Ya lo estoy gracias.
― No lo estás, no para mí...
Charles le rodeó con los brazos tirando el saco hacia atrás el cual, caía en el piso para luego, deslizar sus manos sobre la camisa hasta el nudo de la corbata, aflojándolo.
― Vamos, su Alteza. Suéltate.
― En tu idioma sería desvístete.
― ¿Y en el tuyo no?
Bastian estiró su mano para acariciar su cuello, acercarlo a él y darle un ansiado beso cargado de pasión. Ambos se exploraron sintiendo el dulce calor que emanaba de ellos.
