55- Máscaras

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Zapatillas informales, una camiseta henley negra y un jean azul oscuro

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Zapatillas informales, una camiseta henley negra y un jean azul oscuro. Tocó el timbre y se acomodó el Rolex en su muñeca. Estaba bien, lucía excepcional. Todo en él lo era, y Bastian tenía consciencia absoluta de su belleza, de lo que provocaba en el sexo opuesto y, teniendo en cuenta su última experiencia, lo que producía en los de su mismo género también.

― Bas...

Amalia le sonrió respirando el olor a menta y sándalo de su perfume de diseñador.

― ¡Estás linda!

Exclamó conteniendo la ansiedad, se acercó y le dio un beso en la mejilla, percibiendo la mano codiciosa que se posó en su espalda y lo acarició. Amalia estaba deseosa de una caricia, de un roce que le indicara que había una correspondencia de sentimientos.

Bastian era un pequeño truhan, pero, tenía sus límites y no los sobrepasaría por nada del mundo.

― Gracias... tú estás... wow.

Y sí, se había quedado sin palabras, sus sentidos estaban aturdidos, era demasiado para ver, sentir y oler. Bastian era demasiado.

Le dio una sonrisa dulce e ingresó a la casa, echando un vistazo a las cámaras en el interior de la propiedad y a los 2 guardaespaldas que estaban en la sala.

― ¿Hay alguien más en la casa?

― No, estamos solos...

Genial, sabía que, anulando a los 2 osos que iban detrás de ellos, las cosas saldrían como esperaban.

― Ven, vamos, he preparado la cena.

― ¿Tú?, yo apenas soy capaz de hacer una tostada.

Amalia se acomodó el cabello detrás de las orejas y lanzó una carcajada.

― Estoy aquí encerrada todo el tiempo, no tienes idea las cosas que uno aprende cuando la soledad lo invade...

Bastian sonrió y se rascó la barbilla, los ojos azules fueron a las 2 cámaras de la sala. Había notado una más en la puerta de entrada, y una en el pasillo largo que llevaba al sitio donde se encontraban. Se dirigieron a la cocina en donde observó una cámara más. Mierda, esto sería difícil.

― ¿Te están vigilando todo el tiempo?

― En realidad, están para que mamá sepa lo que estoy haciendo...

El muchacho se guardó el celular en el bolsillo. Bastian se sentó en el banco de terciopelo bordó que estaba al lado de la isla de mármol blanco con vetas grisáceas, deleitándose con el aroma delicioso y viendo como Amalia terminaba la preparación.

― ¿Qué es?

― Ravioles con salsa scarparo, es una receta muy italiana, a mamá le encanta la cocina de ese país, vivimos un tiempo allí hace un par de años atrás.

ESTEROS S.B.O Libro 8 (Romance gay +18)Where stories live. Discover now