― Di que eres mío.
― Tú primero...
La conversación llegó a su cabeza mientras Mike observaba las fotos que revelaban el dolor y la tragedia en la que había caído Emiliano Blake.
Mike había sido tan culpable como Eros, su amante de toda la vida. Lo...
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― Necesito hablar contigo.
Cameron ni siquiera esperó a que Hamed le permitiera el paso, simplemente se invitó solo a la mansión en la que vivía junto a Niek Alders.
― Oye, ¿qué te pasa?
― Dominic Callum...
― Cam, ¿no hemos tenido esta conversación antes?
― Es que no sé qué hacer...
― Sí lo sabes, no quieres dar el brazo a torcer.
El hombre caminó de lado a lado, Hamed se sentaba en el sofá de la sala.
― ¿Y Niek?
― Todavía no llega de la oficina, amigo, ¿puedes tranquilizarte?
― Me lastimó ¿entiendes?, le entregué mi vida y...
― Cam, ¿qué carajo quieres hacer?
― ¿Quieres honestidad?
― Por favor...
― Sólo pienso en estar en sus brazos de nuevo y sé que será mi fin. No debería estar pensando en esto sino en contribuir a la defensa contra la demanda que hay sobre la empresa de Martin, pero, él me ha dejado sin armas...
Hamed había estado en ese lugar demasiadas veces para ignorar lo que su amigo sentía.
― Hazte desear un poco más...
― ¿Qué?
El moreno caminó intentando explicar con sus manos lo que quería decir.
― Cuando Niek regresó conmigo pensó que estaba acostándome contigo.
― Lo recuerdo, esa era la idea.
― Cam, lo que quiero decir es que no puedes volver, así como así. Muéstrale que tú también eres deseable...
― Lo he hecho...
― No con la determinación que esto necesita. Cameron, lleva el juego al siguiente nivel, el que debe dominar la situación, eres tú.
― ¿Y cómo carajo logro eso?
― Esta noche iremos a Sauvage ¿vienes?
Hamed enarcó una ceja, divertido.
― No tengo ganas...
― Yo creo que deberías visitar el inframundo con Dominic.
― Perdona, Hamed, no termino de entenderte...
― Es hora de que le demuestres quien manda.
¿Cómo podía hacer eso?, y fue entonces que sus ojos se iluminaron con un brillo pícaro.
