― Di que eres mío.
― Tú primero...
La conversación llegó a su cabeza mientras Mike observaba las fotos que revelaban el dolor y la tragedia en la que había caído Emiliano Blake.
Mike había sido tan culpable como Eros, su amante de toda la vida. Lo...
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Todo pecado capital no se denomina así por su importancia, sino porque es determinante en generar muchos otros...
Emiliano llegó hasta su habitación y se colocó al lado de la cama, con algo de esfuerzo logró manejar sus piernas inertes y subirlas al lecho, sin ayuda, acostándose en el medio.
Dio 3 respiraciones profundas intentando recuperar el aire por el esfuerzo y, sobre todo, para frenar la taquicardia a la que su pobre corazón había sido sometido desde que Mike llegó a su casa ese día.
Maldito bastardo hermoso que desbordaba sexo y lujuria en cada poro, ¿por qué tenía que lucir tan follable todo el tiempo?
Cerró los ojos y su mente viajó hasta ese jean celeste que revelaba el trasero perfecto y las piernas contorneadas. Sus ojos se abrieron de pronto y fue testigo de algo que él consideraba increíble. Fue inevitable, llevó la mano a la entrepierna.
― No puede ser...
Agarró el celular de inmediato, debía marcar y llamar a su kinesiólogo.
― Emi...
― Estoy duro, Ariel.
― ¿Sabes?, no es un comentario con el que me gusta que me despierten...
― No es posible, apenas controlo mis necesidades fisiológicas.
― Eres médico, hombre. Me extraña que me preguntes estas cosas.
― Es que... en casos como el mío...
― En casos como el tuyo, ni siquiera podrías moverte, pero, lo estás haciendo, ¿qué te sorprende?, ¿qué te dijo tu médico cuando comenzaste con esto?
― Que la recuperación dependía de mí...
― ¿Entonces? ¿Sabes lo que me parece raro?
― ¿Qué cosa?
― No lo sé, obviamente debe ser pura casualidad, ¿aparece tu exnovio y a ti se te pone dura? — indagó con ironía y burla.
― Vete a la mierda —. Ariel rio con ganas — no estoy pensando en acostarme con él.
― Espero que no, porque recuerda... soy "tu novio" y eso me pondría muy celoso...
― Eres un idiota.
― Ya, me asustaste con el llamado, pensé que te pasaba algo grave. Ponte contento, ya no tendrás que estar sometido al celibato lo que te queda de vida.
― No tiene nada que ver, no puedo moverme, es lo mismo...
― Sí claro, Emi ¿hazme un favor?
― ¿Qué?
― Hazte una paja pensando en el sudafricano y déjame dormir...
Antes de que Emiliano le respondiera, el tipo ya había cortado, dejándolo enojado y algo... divertido. Lo que derivó en un ataque de risa, el cual, tuvo que acallar colocando la mano en su boca.
