59- Problemas y soluciones

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Ignacio entreabrió los ojos y se enfocó en el reloj de la mesa de noche, había dormido cinco horas y tenía un dolor de cabeza monumental

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Ignacio entreabrió los ojos y se enfocó en el reloj de la mesa de noche, había dormido cinco horas y tenía un dolor de cabeza monumental.

Se puso de pie y caminó hacia el balcón, todo estaba en orden, ningún vehículo se avizoraba, sólo mar y arena, una brisa fresca que humedecía su rostro, nada más.

Había paz, por ahora. Chris dio un ronquido y lo hizo girar hacia él.

Esto era un desastre, estaban metidos en un gran problema y ni siquiera se habían detenido a pensar en las consecuencias.

Era cómplices de secuestro, afortunadamente Caely no era la clase de persona que llevaría esto a la policía, sin embargo, el problema seguía estando allí.

Miró hacia abajo y observó a Martin y Damián abrazados, envueltos en una manta blanca gigante al lado de la piscina, uno encima del otro para darse calor. La estación del año no ayudaba, ¿por qué se habían quedado allí en vez de tomar una de las habitaciones?

Bueno, pensó Ignacio sonriendo, si hubieran estado en una de las habitaciones no habría sido testigo de la performance del Dr. Blake luego de que todos se fueron a dormir y quedaron solos ahí, "vigilando en caso de que se presentara algún problema".

Sus mejillas se incendiaron de sólo recordarlo y controló una pequeña risilla para luego caminar hacia el baño.

Se quitó la bata y abrió la ducha dejando que el agua se tornara cálida y después ingresó. Ignacio calmó su cabeza cuando, al cabo de unos minutos, el líquido se desplazó por cada rincón de su cuerpo y unas manos conocidas se deslizaron por su cintura llevándolo hacia él.

― Chris...

Lo inmovilizó besando su cuello y espalda para después, girarlo hacia él y devorarle la boca.

― Es la primera vez que le damos un verdadero uso a esta casa.

― Si, y tú te quejabas de que era demasiado espaciosa...

Chris sonrió antes de besar su mejilla una y otra vez, sin quitar las manos de ese majestuoso cuerpo.

― ¿Sabes?, no sé si te ha pasado lo mismo. Me agrada ayudarlos, sé el peligro que implica, pero, Emiliano me cae bien.

Ignacio asintió buscando el jabón líquido para ayudar a su esposo a enjabonarse, como lo hacía cada mañana, disfrutando de sus caricias, hablando, amándose.

― Es maravilloso...del mismo modo que su primo, oye, ¿Damián y Martin siguen peleados?

― No lo sé con exactitud, aunque creo que ya no viven juntos. Pobre Martin.

― ¿Por qué dices eso?

Preguntó Nacho, llevando su mano a la entrepierna haciendo que Chris se contrajera.

ESTEROS S.B.O Libro 8 (Romance gay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora