― Di que eres mío.
― Tú primero...
La conversación llegó a su cabeza mientras Mike observaba las fotos que revelaban el dolor y la tragedia en la que había caído Emiliano Blake.
Mike había sido tan culpable como Eros, su amante de toda la vida. Lo...
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― Gracias a Dios.
El corazón de Cameron volvió a latir cuando las luces de la Jeep Wrangler iluminaban la oscuridad de la playa y avanzaba hacia ellos. Había discutido con Dominic, el abogado no lo quería metido en esto, sin embargo, Cam no era del chico sumiso que se quedaría esperando a que el caballero de brillante armadura llegara a casa. Estaban juntos, en las buenas y en las malas.
Chris e Ignacio salieron de la casa atentos a lo que hubiera podido pasar, los chicos sabían el riesgo que todo esto implicaba, sin embargo, cuando Amalia bajó del vehículo abrazada de Bastian quedaban demasiadas preguntas para responder.
Cameron corrió hacia Dominic y lo abrazó con intensidad. Este le dio un quejido.
― ¿Estás bien?
― Un golpe fuerte, yo lo revisaré, no te preocupes...
Aclaró Damián, caminando sobre la arena a toda velocidad para llegar a Dominic y examinarlo.
― ¿Qué pasó?
Ignacio frunció el ceño al momento que Emiliano se acercaba y palmeaba su espalda.
― Entremos y les cuento...
Ingresaron a la casa, la muchacha no se separaba de Bastian, estaba adherida a él.
― Él le contó lo que pretendíamos hacer y quien era su madre en verdad.
― ¿Le creyó?
― ¿Te cabe alguna duda?
Preguntó Emi señalando a la pareja de adolescentes que estaban en silencio.
― Ahora, sólo resta seguir con la otra etapa del plan.
― ¿Cuál? ¿Sobrevivir?
― Bueno, ese ha sido el objetivo desde el principio, hablo de hacer saber a Caely que la chica está en "nuestro poder".
― Para ello, necesitaremos su colaboración de nuevo, aunque, creo que ya debe estar al tanto. Pueden quedarse aquí el tiempo que lo necesiten, es mucho más seguro que cualquier otro sitio.
― Gracias... por todo...
― Estás más cerca a cada segundo Emi, ¿eres consciente de eso?
Emiliano ahogó un sollozo y asintió con una sonrisa fingida, percibiendo como el alma lloraba abatida y necesitada. Volvió su mirada a los 2 chicos, a la ternura que ambos inspiraban, era los más fresco y dulce en ese ambiente en el que todo había girado en torno a la angustia.
― Emi...
― Odio sentirme así — susurró, respirando con dificultad — pensando en cuanto sufrirá, el peregrinar constante, el lamento eterno de la incertidumbre ¿Estará vivo?, no duermo, no como, mi mente despierta con él y se duerme con él. Mike es mi todo, Ignacio, y me estoy muriendo a cada instante, la ansiedad me carcome por dentro.
