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[ 💜 Magnus ]

Había escuchado que siempre después de la tormenta, se avecina la calma, que el brillante sol se asoma todos los días, solo para disculparse por el mal momento que pasaste gracias a la lluvia.

Bueno, está es mi vida y por supuesto que eso no sucede. Cada que sucede algo desagradable, días después, acontece algo peor, y así sucesivamente.

El sonido de las manecillas del reloj cada vez se volvía más desesperante, siendo lo único que sonaba el lugar.

Un señor de no más de 40 años, me observaba con suma atención desde su asiento, a solo unos pasos de mí, esperando que algo saliera de mi boca.

Después de una intensa charla con mi mejor amiga y esposo, llegué hasta aquí: con un psicólogo o intento dé, realmente es más como una persona con la cual puedes hablar y ella al final, quizá obtenga una respuesta o simplemente te apoyará a sobrellevarlo.

-Está bien sí no quieres hablar, no voy a obligarte a que me cuentes lo que duele, charlaremos cuando estés preparado, no hay presión -me sonrió, mostrando su dentadura -. Pondré algo de música. ¿Gustas escuchar algo en especial?

Suspiré, acomodándome en mi asiento. No había necesidad de preguntar, esta claro que no me dejará ir hasta completar las dos horas programadas.

-Me gusta Marina.

De alguna parte del saco que complementaba perfectamente su vestimenta, salió su teléfono y en cuestión de segundos una canción de Marina comenzó a sonar, específicamente: Handmade Heaven

Cerré los ojos, disfrutando de la melodía.

Realmente soy admirador de ella, sus canciones son bastantes buenas, cada sencillo hace que pienses en cada segundo de tu vida, consigue llenarte de palabras que de alguna u otra manera, te ayudan a seguir adelante, sin llegar al grado de poner frases enlatadas, que todo el mundo conoce.

Realmente vale la pena, escucharla.

Pasaron algunas canciones más, hasta que el consultorio volvió a quedarse en silencio. En esta ocasión fue diferente, las palabras comenzaron a salirme sin ni siquiera planearlo.

Quizá fueron las canciones, o probablemente fue que estaba cansado de seguir en esta situación.

–... suelo despertarme en las madrugadas con hormigueo, sudoración, y una sensación de cansancio, como sí hubiera cargado algo pesado por días –confesé –. Hay momentos en los que se me va el aire, no puedo respirar, mis manos tiemblan, la cabeza pulsa, y todo empieza a perder sentido. Se siente como sí fuera a morir, justo ahí. Busco a alguien que me ayude, pero todos parecen demasiado lejos.

–Son ataques de pánico:

–Lo sé, como sé que necesito ayuda, hace meses que me dí cuenta, más no sabía que hacer para obtenerla. Nunca hable con nadie de cómo me sentía, me quedé cayado, por miedo a que constantemente me hicieran saber que no era para tanto, que debía ser maduro y superar lo que pasó, quitándole la importancia.

» No quería pensar que lo siento no es sustancial. Así que opté por pasar mis días durmiendo, sin importar las pesadillas, o que al despertar me sintiera peor. Dormir hace más sencillo sobrellevar el silencio, y relativamente más fácil cargar con todo esto: no tengo que dar explicaciones o hablar de lo que duele, y estaba bien, porque aunque lo intentará, no me haría explicar, ya que ni siquiera yo sé que tengo, no sé porque me siento mal, y tampoco sé cuándo va a parar.

Esa solo fue una pequeña introducción, para todo lo que conté después, creo que jamás había hablado tanto en mi vida, mencioné cada detalle, desde donde nací, hasta porque termine perdiendo a mi bebé, mientras que el doctor apuntaba todo en su libreta, y daba movimientos de cabeza.

alguien como tú ¡! malec [TERMINADA]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن