alguien como tú ¡! malec [TERMINADA]

0011

[ 💜 Magnus]

Un tanto inseguro de la estupidez que iba a cometer, le mande un mensaje a mi mejor amiga, avisándole que quería hablar con Alexander antes de aceptar cualquier trato. Me dio la dirección e inmediatamente maneje hasta allá. Repitiendo una y mil veces lo que tenía que decir. Tenía que dejar ciertas cosas aseguradas, poner algunas condiciones, lo tenía claro, pero los nervios recorrían mi cuerpo.

Sentía que iba al matadero.

¡Vamos, Magnus! Tienes la edad para actúar maduramente. No tienes por qué llegar y golpearlo por lo que dijo hace 5 años. Me recordé.

Nunca olvide las hirientes palabras que habían salido de la boca de Alexander esa mañana, pero tampoco lo intente, ese día aprendí que las palabras lastiman mas que un golpe, estas se clavan en el alma.

También, entendí que Gideon no era un chico lastimado por sus padres, como siempre creí, más era la misma basura que ellos.

[ 💛 Alexander ]

Me encontraba en el despacho de mi casa, cuando mi hermana me llamó por teléfono diciéndome que Magnus quería hablar conmigo. Le dije que estaba bien que le brindará mi dirección y ahora solo estoy esperando su llegada.

Pensaba en cuál sería su respuesta, casarse con alguien que no había visto desde hace varios años, era algo extraño. Incluso yo -si no estubiera en esta situación-, no aceptaría.

Eso me inquieta.

Aunque realmente ver a Magnus y esperar su respuesta no es tan malo. Sería como en los viejos tiempos. Él chico siempre se encontraba en mi casa con Isabelle, en estos días, he recordado la mayor parte del pasado. No todo, pero muchas memorias me atormentaron.

Estaba tan sumergido en mis pensamientos, que el sonido del timbre me sobresalto. Camine lentamente hasta la puerta, no queriendo abrirla, ni mucho menos ver a Magnus.

Fui un imbécil en el pasado.

Quizá lo sigo siendo.

Por lo que pude recordar, última vez que lo ví a Magnus, fue una noche en la bebí demasiado, dónde pasaron cosas inesperadas y confusas para mí. Pero habían pasado cinco años, la mitad de una década, Magnus ya no tenía 16, ni yo 22, ambos éramos personas diferentes: de 21 y 27, respectivamente.

Suspire unas cuantas veces ya estando en la puerta. Acomodé un poco mi ropa y la abrí.

[...]