0090

293 50 17
                                    

[ 💜 Magnus ]

Cuando la sección terminó, retomé camino a casa a paso calmoso. Después de cada charla, me gusta caminar y pensar en lo hablado con mi psicólogo, observar mi alrededor y ver cómo voy mejorando. Honestamente, no creí que pudiera hacerlo, pero aquí estoy intentandolo cada día, gracias a la ayuda que me brinda ese amable hombre cada dos días.

Hace tiempo me parecía un poco absurdo pagarle a alguien para que te escuché y retroalimente con sus intentos de consejos, pero en este instante puedo asegurar que es una buena inversión.

Uriel, mi psicólogo es realmente eficiente en su trabajo, no es aburrido y suele hablar de muchos temas, cambiando a cada momento, abarcando demasiados puntos de mi persona y dejándome con un montón de información, así como lleno de preguntas y pensamientos, acompañados de misiones que debo cumplir.

Llegando a casa, saludé a Bambú, y fuí hasta el despacho de Alexander, sabiendo de ante mano que estaría ahí.

Hoy no fue a la empresa, porque tiene una reunión de traje en la noche, y debe preparar algunos documentos para esta misma. Toque dos veces y pasé al escuchar su voz.

–Hola, cariño –hablé alegre.

–Hola, bonito. ¿Cómo te fue? –me pregunto, dejando por un momento el papeleo esparcido por su escritorio, para darme toda su atención. Me acerque y me senté en sus piernas, dejándole un beso en la mejilla como saludo.

–Bastante bien, gracias. ¿Y tú cómo vas?

–Estoy a nada de terminar, de hecho. ¿Te parece sí me apuro y comemos juntos?

–Claro, pero antes iré con Isabelle, prometí acompañarla a comprar unas cosas para su casa. No tardaremos más de una hora.

–¿Irán al centro comercial? 

–Sí, ella hablo de una sucursal cerca del trabajo de Simón, pero la conozco y estoy seguro que terminaremos en uno. ¿Por qué, necesitas algo?

–Estoy bien, pero estaba pensando que podrías gastar algo de la tarjeta, y comparte algo para tí –acaricio mi espalda –. Quiero que seas mi acompañante está noche.

Reí. –¿De verdad esperas que te acompañe a esa aburrida y nada de mi agrado, reunión de empresarios?

–Prometo que solo será en esta ocasión, Magnus. Irán mis padres, abuelos y probablemente también Isabelle. Estarán todos los Lightwood.

–Sabes que quiero mucho a todos, pero no sé que haría en ese lugar, no encajo de ninguna manera.

–Tú eres un Lightwood –me recordó –. Uno muy importante. Eres mi esposo y seré el anfitrión de la noche. Sé que no es de tu agrado, pero esto ha sido mi sueño desde pequeño. Estoy a horas de dar un enorme paso en la compañía. De verdad me gustaría tu presencia ahí.

–¿No tu sueño era ser dueño? –pregunte –. Te digo algo: ¡Ya lo eres, amor, desde hace dos años! Nos casamos por eso.

–Lo sé, pero en este tiempo he estado manejando proyectos de mi padre, no he hecho absolutamente nada relevante. Así que estos meses he trabajado en mi propio proyecto, uno que convertirá las Industrias Lightwood (una simple compañía, con dos distribuidoras), en todo un imperio. Algo que muchos de nosostros intentaron, pero solo yo lo voy a poder lograr. Estos inversionistas, jamás tuvieron contacto con mi padre. Son mis colegas, y está noche decretó mi propia herencia, ya no más Lightwood, ahora será: Lightwood - Bane.

Abrí los ojos, sorprendido. –¿Le pondrás mi apellido a tu empresa?

–¡Oye, también es mío! Y no solo a una, serán varias, empezando por Noruega, Magnus –movió sus cejas.

–Ustedes sí que son ambiciosos, ¿verdad?

–Un poco sí. Entonces, ¿me harías el gran honor de acompañarme está noche?

–Esta bien, solo si prometes no dejarme solo.

–Tranquilo, no lo haré –me abrazó fuerte.

–Prometelo.

–Lo prometo.

–Bien. Estoy muy orgulloso de tí, Alexander. Sé que llegarás lejos.

–Y todo te lo debo, si no te hubieras casado conmigo..

–Si bueno, soy una alma caritativa. Iré a comprarme algo bonito, para impresionar. Pero en unos minutos, en este momento quiero quedarme aquí –me acurruque en sus brazos, profundizando el abrazo.

[...]

Después de ir con Isabelle a comprar sus cosas y que me ayudará a escoger algo decente, fuí a comer con Alexander y Bambú a un restaurante que quedaba cerca de la casa, donde las mascotas son más que bienvenidas.

Comimos algo delicioso y regresamos a prepararnos para esta noche.

Me compré un conjunto rojo con manchas negras, perfectamente ajustado a mi cuerpo, que hacía ver mi piel mucho más sana y brillante. Alexander se vistió con un elegante traje azul sólido, exaltando su color de ojos, logrando que se viera mucho más atractivo, si es que es posible.

En este instante, ya íbamos en el auto directo al salón donde se daría acabo tal reunión, que después de indagar un poco, descubrí que se trataba más de una fiesta.

Eso me puso nervioso.

Una cosa son los Lightwood, que me conocen y otras pocas personas importantes sentados en una mesa, hablando de sus cosas, sin prestarme demasiada atención, al no estar involucrado en sus temas de conversación. Otra situación es, mucha más gente de la que pensé, que nunca he visto, observándome en cada momento, para indagar sobre mí.

–¿Sucede algo? –cuestionó Alexander, tomándome de la mano. Estaba tan sumergido en mis pensamientos, que no me dí cuenta el auto ya no avanzaba, dando a entender que habíamos llegado.

Negué, brindándole una sonrisa.

No tenía porque arruinar su momento con mis nervios, actuaría normal, dejando que disfrute de su noche. Iba a responder, pero el sonido de como alguien tocaba la ventana, me interrumpió.

Giré la cabeza, para saber de quién se trataba, encontrándome con Underllil.

Discretamente rodé los ojos, e ignorando su claro llamado, jale suavemente la mano de mi esposo, para que regresará su atención a mí, ya que está fue robada por unos instantes por la repentina aparición de el rubio.

–No pasa nada, estoy muy feliz por tí.

–Gracias, bonito. ¿Vamos?

–Vamos.

Bajamos del auto. Underllil nos saludo, y empezó una conversación con Alexander. Yo solo los escuchaba.

–Honestamente y aunque suene extraño, no soportó esas reuniones.. –hablo Underllil –. Solo es gente millonaria con una copa en la mano, fingiendo estar interesados en que negocio invertir sus millones. Pero es mi ambiente y estoy acostumbrado.

Bueno, por lo menos teníamos algo en común. Yo tampoco soportó estás reuniones.

–Esas personas nos van apoyar en el proyecto en Noruega, es importante ser amable con ellos –contestó Alexander.

Underllil sonrió genuino. –Por suerte, persona que me conoce, persona que me ama.

Solté, sin poder impedirlo, un sonido burlón, llamando la atención de ambos hombres. Tocí, intentando disimular un poco, pero pareció inútil, al ver cómo Underllil me miraba de mala manera.

–Magnus.. –Alec reprochó.

–Entremos –propusé, cambiando de tema –. Hace un poco de frío.

[...]

alguien como tú ¡! malec [TERMINADA]Where stories live. Discover now