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[ 💛 Alexander ]

Cuando la reunión acabo, y los invitados se fueron, subimos al auto, prendí el aire acondicionado y emprendimos camino hacia nuestro hogar.

-¿Podemos detenernos en un lugar? -me preguntó Magnus, con voz suave.

Miré al reloj, y no pasaban de las nueve de la noche.

-Claro.

-Gracias.

Se veía contento y eso llenaba mi corazón de felicidad. Sin titubear, puso la dirección y el auto comenzó a darme indicaciones.

La duda me invadió cuando terminamos en un lugar desalojado, que su única entrada, también parecía ser su salida.

Observé mi alrededor, encontrándome con lo que parecía ser un templo completamente en ruinas.

Volteó a ver a Magnus, quien con alegría contemplaba el lugar con una sonrisa y solo así me relaje y espere a que me brindará una explicación coherente.

Estacioné el auto, al no haber más espacio para seguir conduciendo. Cuando el auto se quedó inmóvil, Magnus se quitó el cinturón de seguridad y en oscilaciones rápidas, desprendió también del mío, sentándose de inmediato en mis piernas.

·¿Qué haces? -pregunté un tanto nervioso, haciéndome para atrás, pero sin pensar en alejarlo.

-Hagamos el amor aquí -propusó -. En este lugar, nunca hay personas.

Fruncí el ceño. -¿Tú Cómo sabes?

-Aquí es donde Raphael vendía la droga.

-¿¡Qué!? ¿Raphael vendía droga? -pregunté, totalmente sorprendido.

Magnus carcajeo, colocando sus manos detrás de mi cuello, acariciando suavemente. -Por supuesto que no, estoy bromeando. Esto antes era un convento, pero por problemas legales, se mudaron a otro lugar y desde entonces nadie viene aquí. Lo sé, porque Ragnor llevo el caso, apoyando a las monjas, y como perdió, se encargó de que nadie profanará este lugar, así que por eso está abandonado.

-Aun así, yo..

Inclinó su cabeza juntando sus belfos con los míos, en un beso cariñoso, interrumpiendome.

Cómo puede y sin separarme del beso, jale el asiento para atrás, haciendo más cómoda la posición en la estábamos.

Envolví la cintura de Magnus, apretándolo delicadamente contra mí, dándole paso a un beso mucho más intenso. Pasé mis manos por su cuerpo, deteniéndome por unos segundos en partes específicas, para proporcionar movimientos circulares, sabiendo que esto provocaría una reacción conveniente para la situación.

Cuando el aire nos faltó, nos alejamos lentamente, abrí mis ojos, deleitándome con la vista que tenía a tan solo unos centímetros de mí, Magnus con ojos brillosos y labios rojos, luciendo mucho más hermoso.

-Quiero hacerlo, pero no sé sí en este lugar -confesé, tomando su rostro con ambas manos -. ¿No creés que un poco inapropiado tener sexo en dónde antes alababan a un Dios?

Sonrió. -Hay personas que hacen escuelas en dónde anteriormente había un cementerio. Porqué no importa el pasado de un lugar, simplemente se enfocan en qué hay una oportunidad ahí -empezó a moverse, estimulando mi parte baja. Gemí -. Y bueno, en este preciso momento, ambos tenemos una.

alguien como tú ¡! malec [TERMINADA]Where stories live. Discover now