alguien como tú ¡! malec [TERMINADA]

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[ 💜 Magnus ]

Las vacaciones fueron increíbles, todos dejaron sus problemas a un lado, enfocándose en pasarla bien y convivir con los demás.

La primera noche fue tranquila, el viaje fue agotador así que descansamos en nuestras respectivas habitaciones. La mañana siguiente desayunamos entre risas y anécdotas.

Y así pasaron los días.

Isabelle anunció la fecha de su boda, Raphael y Ragnor nos presentaron a la nueva integrante de su familia, todos quedamos encantados con la pequeña bebé de piel morena. La abuela casi se ahoga en el mar, pero los chicos fueron más rápidos, la ayudaron y regreso sana y salva.

Alexander le enseñó a nadar a los más pequeños, y arreglé los problemas con mi mamá.

Las vacaciones ayudaron más de lo que creí, nos unimos más, conocí mejor a Simón, a Tomás y a la familia de Alexander. Que puede que en los primeros días se hayan comportado de manera muy poco empática, más gracias a mí tío León con sus chistes y comentarios graciosos, consiguió que se bajarán de su nube, y comenzarán a charlar con nosotros, como si fuéramos amigos de siempre.

Todo salió como esperaba, fueron unos días increíbles, me olvidé de muchas cosas, en mi cabeza no había nada más pensar que iba a comer la mañana siguiente durante esa semana.

Desafortunadamente todo había concluido, regresamos a casa, volviendo a la rutina de siempre.

[...]

Maneje tranquilamente hasta mi trabajo, no queriendo del todo llegar, ya que hoy es el día en que Imasu se despide.

Fueron años que trabajo conmigo, siempre siendo responsable y atento, realmente me deprime perderlo, pero comprendo que debe regresar a su país. Eso es lo que le hace ilusión y lo pone de bien humor, así que lo aceptaré.

–Espero que jamás no te olvides de mí –hablé cauteloso.

Imasu sonrió. –No te preocupes, nunca me olvidaría de tí. ¿Cómo podría? Eres una persona increíble. Te ganaste completamente mi corazón.

Me acerque, dándole un abrazo. –Tampoco voy a olvidarte. Fuiste más que un empleado. Eres mi amigo.

–Muchas gracias, de verdad... me hiciste sentir en casa. Fuiste de los pocos que me trataron con amabilidad, desde el primer instante que llegue a la cuidad, gracias, jamás me cansaré de decirlo. Me abriste las puertas de tu librería aún cuando apenas empezabas y nada era seguro. Gracias a eso puedo regresar a casa con mis hermanos y familia.

Eso me llegó al corazón, provocándome algunas lágrimas.

Desde el primer día que lo conocí, hubo una conexión inmediata, que con el tiempo se transformo en un hermoso vínculo de amigos. Imasu me apoyo en muchos momentos complicados y siempre estuvo ahí sin importar qué. Nunca hubo esa incomodidad que hay entré compañeros de trabajo, con él todo era relajado y espontáneo, hacía de este lugar un espacio tranquilo, lleno de paz y armonía: todo lo que se necesita para leer un bien libro, eso es Imasu.

–No, no. De hecho gracias a tí, creo que este lugar no se hubiera mantenido sin tú ayuda. Gracias por todo, en especial por ser mi amigo.

–Estoy seguro que nuestra amistad dudará por mucho tiempo.

Hablamos por unos instantes más, se volvió a despedir y salio del la librería, dejándome completamente solo.

Suspiré un poco, y me puse a acomodar las nuevas novelas que habían llegado, coloque el cartel de: "Se busca empleado", y así pase el día, totalmente enfocado en mi librería, hubo personas que se acercaron a hablar sobre el empleo, yo con mucho pesar fuí amable y conteste cada una de sus preguntas.

Aún no estoy preparado para trabajar con alguien más, sin embargo; aunque quiera, no puedo hacerme cargo yo solo, lo intente por algunos meses y lo único que conseguí, fue estrés y más estrés, no quiero pasar por eso, no de nuevo, así que debo contratar a alguien lo antes posible.

Ya pasaban de las ocho de la noche, a esta hora por esta zona, ya no hay muchas personas, así que cerré la librería e hice un pequeño inventario con lo que había llegado.

Dí por terminado lo que estaba haciendo, cuando un mensaje de Alexander llegó, avisándome que llevaría algo para cenar y me esperaba en casa.

Limpié mi desastre y conduje hasta mi hogar.

[...]