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[ 💛 Alexander ]

Magnus salió de casa temprano, para ir a ver como andaban las cosas por su librería y luego irse de compras con mi hermana para el evento de esta noche.

Yo estaba en mi empresa arreglando unos asuntos y papeleo importante, junto con mi asistente y secretaria, Karla.

No se cuanto tiempo paso, pero cuando me concentro en mi trabajo lo demás me da igual. Me perdí entre tanto papel, cómo en la nación del tiempo.

Cuando me fijé en la hora ya eran 18:45 y debíamos estar en el evento a las 20:30.

No hubo problema por mí, pero conociendo a Magnus sabía que se iba a tardar en arreglarse, así que saque mi teléfono y le mande un mensaje.

| Magnus, ve arreglarandote, yo llego en media hora y el evento es a las 20:00" |

Termine de arreglar unos documentos y salí de la empresa, directo a casa.

Llegando me metí a bañar y me puse el traje que ya había preparado desde temprano. Bajé y llamé a Magnus, pero como siempre aún no estaba listo. Lo bueno es que aún nos quedaba media hora, para poder llegar al evento.

Afortunadamente esta vez sólo tardo 10 minutos, y cuando bajo... ¡Madre mía! Se veía precioso, más que eso, se veía perfecto.

Lo mire por un rato observándolo bien.
Sí, sin duda es muy bonito. Esta vez no queriendo equivocarme, me apresure a decir. –Te vez hermoso.

El color de sus mejillas se volvió un rojo sangre. –Tú también, estás muy guapo –sonrió.

–Gracias.

[...]

Llegando a la fiesta, saludamos a todos los inversionistas, presentando a Magnus como se debía y después nos separamos.

Me quedé hablado con unos señores importantes que sí lograba hacerme amigo de ellos le iría bien en un futuro a mi empresa. Magnus empezó una platica con varios invitados.

Bebí un poco de alcohol, pero no lo suficiente como para emborracharme o sentirme mariado, realmente sólo fueron dos copas de champán, para festejar que logré cerrar el trato con el más mayor de los Herondale.

Busqué a Magnus con la mirada pero no lo encontré, así que me dediqué a buscarlo para que nos fuéramos a casa, no me gustan mucho este tipo de fiestas, aparte, ya había hecho lo que quería y no quedaba nada más que hacer aquí.

Tarde un poco en encontrarlo pero cuando lo hice, estaba hablado con el señor William. Ambos hablaban y sonreían muy amistosamente, que parecía otra cosa.

William se acercó al oído de Magnus y le dijo algo lo que provocó que este empezará a reír. No sé porque pero esa cercanía de Magnus y William me provoca algo de... molestia.

Me concentre en otras cosas mientras tomaba un copa, esta vez de vino blanco que él mesero ofrecia. Pero fue imposible no voltear a verlos cada dos segundos.

Traté de reflejar la molestia que sentía en mi rostro, para que cuando Magnus me vea, se sienta mal y venga conmigo.

Pero ese plan fallo ya que solo le prestaba atención a William, con esa acción sentí como un nudo se formo en mi estómago, mi corazón empezó a palpitar rápido y mis manos a sudar.

Mi enojo se extendió al 100% y mis instintos primitivos salieron a flote. Las ganas de alejarlo del señor William, por el simple hecho de verlo ahí disfrutando de su cercanía, aumentaban cada vez más.

Seguí viéndolos charlar, y fui testigo de como algo explotó dentro de mí cuando tomó la mano de Magnus y lo saco a bailar.

Quería agarrar a Magnus a la fuerza y sacarlo de aquí, para llevarlo a casa y demostrarle que no necesita a William si me tenia a mí.

Claro que para este punto de la situación todas estas sensaciones las identifique como celos. Tenía celos de Will.

En estos 27 años, es la primera vez que experimento este sentimiento.

Cuando empezó a sonar una canción suave, donde todos tiene que bailar lentamente, fue la gota que derramó el vaso. Caminé hasta ellos para separarlos se una buena vez. Pasé entre la gente empujando en el proceso y me detuve enfrente de ambos. Magnus al notar mi presencia fruncio el ceño, tal vez porque me veía rojo del enojo, pero entonces Magnus sonrió de la manera más dulce, y todo el enojo se esfumó al ver el brillo de sus ojos gatunos al verme ahí.

–Buenas noches, señor Lightwood –saludo William, como si no nos hubiéramos visto ya.

–Buenas noches, señor Herondale –brinde mi más falsa sonrisa.

Me molesta esa mano que sujeta la cadera de Magnus.

–¿Disfruta la fiesta?

–Si, como todos aquí, pero es hora de que nos pasemos a retirar. Mañana tenemos que trabajar –dije mientras rodeaba la cintura de Magnus un poco más arriba de donde él lo agarraba, y de un tirón suave para no lastimar a Magnus, los separe.

–Por supuesto, entiendo –trato de sonreír pero lo de él fue más una mueca. –Gracias por venir.

–Bueno ya vámonos bonito –hable a Magnus acercándolo más a mí.

–Claro. ¿Estás listo?

–Estoy listo para muchas cosas, esta noche.

Magnus alzo una ceja y luego se sonrojo intensamente cuando logró entender.

–Bueno, fue un placer tenerlos aquí –dijo William. –Gracias nuevamente por venir. ¡Ah! ¿Magnus?

–¿Si?

–Me encantaría saber si la próxima semana podrías venir, ya sabes, será mi cumpleaños y gustaría contar con tu presencia.

–¿Crees que podamos asistir? –me pregunto. Le sonreí, porque estaba más que seguro que sólo lo estaba invitando a él.

–Si, me encanta el pastel. Nos vemos entonces señor Herondale, su fiesta estuvo increíble.

Sin quitar mi mano de la cintura de Magnus, lo lleve a la salida.

Subimos al auto y con una velocidad prohibida empecé a conducir hasta nuestra casa.

[...]

alguien como tú ¡! malec [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora