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[ 💛 Alexander ]

Toqué la puerta dos veces con algo de molestia. Magnus prácticamente me obligó a venir por algunas cosas a la casa de sus padres.

La situación con su madre, no había mejorado. Desde aquél día en que se enteraron de que íbamos a ser padres, no se hablan, no había ningún tipo de comunicación entre ellos.

Las cosas no estaban bien. Magnus no venía a visitarlos como usualmente.

Con Amodeus, teníamos la esperanza de que todo mejorará para navidad. Pero la señora aún no confirmaba su presencia para esa noche. Eso tenía a Magnus melancólico, después de todo, se trataba de su madre, su falta de apoyo le hacía daño, aunque se empeñará en decir que no.

Magnus se negaba hablar del tema. Decía que no importaba, que estaba bien con ello. Pero lo conocía y sabía que no era verdad. Sus bonitos ojos, estaban apagados y cada vez que veía a su madre, su voz se ponía tensa, como sí hubiera un nudo en su garganta.

Eso rompía completamente mi corazón.

–¡Que sorpresa!

–Buenos días, Señora Bane.

–¿Qué te trae por aquí?

–Magnus me pidió que viniera por algo para la cena.

Ella sonrió. –Estás es tu casa. Busca lo que necesites.

Subí a la antigua habitación de Magnus. Busqué la caja amarilla que pidió y bajé con ella en mis brazos.

–¿Cómo has estado? –preguntó, cuando me vio bajar.

Sabía que preguntaba solo por mí. Su pregunta no fue plural, pero le contesté como sí lo fuera.

Esa indiferencia era ridícula.

–Los antojos de Magnus volvieron a aparecer –sonreí. –Su estómago cada vez crece más. Es adorable. Y los vómitos quedaron atrás. Hemos estado bien, gracias.

–Oh –soltó, bajando la mirada.

–De verdad no le interesa. ¿Cierto?Estamos hablando de su hijo.

Se quedó callada por un momento, haciéndome entender todo.

–No quiero sonar grosero –hable de nuevo. –Usted sabe perfectamente que tengo un trabajo que es más que estable, uno que le puede dar todas las comodidades a Magnus y a nuestro bebé. ¡Por Dios! Soy dueño de una de las empresas más importantes del país. Soy un hombre millonario, y como Magnus ahora tiene mi apellido, él también lo es.

» Sé que Magnus es joven. Probablemente no sea la persona más experta, pero es decidido y dedicado, algo que no muchos tienen. Tomó la decisión de que tendrá a nuestro hijo. Ya está hecho. Este es de los momentos más importantes para una persona. Necesita el apoyo de sus padres.

–Lo que tengas o no, es la menor de mis preocupaciones.

–¿Entonces cuál es su problema?

–¡Ustedes! –gritó. –Suena horrible, lo sé. Pero yo pensé que su gusto por los hombres duraría  un momento. Que se trataba de un simple capricho de adolescente. Una etapa de identidad. Creí que sólo había sido por lo que le sucedió a su padre, el cáncer no sólo acaba con el enfermo. Magnus fue uno de los más afectados por la noticia –suspiró.

alguien como tú ¡! malec [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora