0072

605 72 3
                                    

[ 💛 Alexander]

Desperté con un fuerte dolor de cabeza.

Una luz extremadamente blanca, me cego por completo, al momento de abrir los ojos. Suelto un jadeo. Observo el lugar e inmediatamente me dan ganas de vomitar. Es más que obvio que me encuentro en un hospital. Odio estos lugares.

Mis padres están ahí, viéndome detenidamente.

–¡Despertaste! –escucho la voz de Isabelle, emocionada. Volteo a verla.

–No, soy un estúpido sonámbulo –contesto con voz ronca, un poco molesto –. Me duele absolutamente todo. ¿Qué demonios paso? –preguntó, mirando todos los cables que salen de mi cuerpo.

–Bueno.. –mueve sus manos un tanto nerviosa.

–Isabelle.. –reprocho –¿Qué demonios me pasó? ¿Dónde está Magnus?

–¿No recuerdas?

Rodé los ojos. Estaba apunto de responderle que no estaba de humor para sus bromas y que no le había preguntado por amor al arte, pero los recuerdos llegaron como golpes a mi cabeza.

¡Por el ángel!

–¿Dónde esta Magnus? –volví a preguntar, esta vez con mi voz llena de preocupación. –¿¡Dónde, Isabelle!?–grité.

Traté de levantarme, pero ella me detuvo. –Tranquilo, está aquí mismo, en otra habitación..

–¿Cómo está? Necesito ir a verlo.

Sonaba demasiado tranquilo, a comparación de lo desesperado que me sentía. Había aprendido de que nunca es bueno alterarse ante estás situaciones. Después de tantas visitas al médico por el embarazo, Edmund me aconsejo que siempre era mejor estar en calma. Podías consegir más, estando sereno. Pero claramente me estaba costando demasiado.

–Está sedado...

–Llamaré a un doctor para que venga – interrumpió mi madre, presionando un botón rojo, que se encontraba cerca de la cama.

–¿Cómo está mi bebé? –no sé de dónde exactamente saqué el valor de preguntar aquello. Mi corazón quería saber, pero mi egoísmo no.

Sí Magnus estaba sedado, eso significaba que estaba vivo, y eso solo se podía significar algo...

Isabelle se quedó quieta, y en silencio , mi padre volteo la mirada, evitando la mía, y madre hizo como que no escucho.

Quería preguntarles que sucedía pero un doctor nos interrumpió.

–Veo que despertó señor LIghtwood. Me alegro. Soy el doctor Escalante –saludo –. Le haré unas pruebas rápidas para descartar cualquier preocupación. ¿De acuerdo?

No respondí solo deje que hiciera su trabajo.

Me reviso los ojos con una luz amarilla y blanca, picoteo todo mi cuerpo para asegurarse que lo sentía, pidió que dijera algunos datos relevantes de mi vida y que siguiera algunos ejercicios.

–Bueno, afortunadamente todo está perfecto. Tuvo mucha suerte –dijo.

–¿Puedo ver a mi esposo? –cuestiono.

Sinceramente no me importa sí todo había salido bien, yo solo quiero ver a Magnus. El doctor me miró con confusión. –¿Magnus Bane? ¿Puedo ir a ver a Magnus?

Escalante negó. –No creo que sea el momento, el joven Bane, está sedado y en estado crítico. Probablemente en unas horas le permitan verlo. Tome una siesta, y descanse. Lo vendré a ver en momentos.

El doctor salió tranquilamente, como sí no me hubiera dejado todo alterado y enojado. Una máquina comenzó a hacer un ruido castroso.

–Hijo debes relajarte –hablo mi madre. –Magnus está en buenas manos.

–No estaré tranquilo sí no me aseguro que Magnus está bien. Solo quiero verlo. ¿Por qué no me dicen qué demonios sucedió?

La habitación se llamo de silencio. Esperaba una respuesta de mis padres, pero Isabelle fue la que hablo, después de un momento.

–¿Podrían dejarnos solos un momento? –inquirió Isabelle a mis padres, estos sonrieron melancólicos y salieron de la habitación.

Ellos son así. Siempre se alejan.

–Magnus y tú iban camino al hospital, eso fue lo que nos dijeron en el mensaje que mandaron –comenzo –. Todo parecía que iban bien, pero en el camino te distrajiste y chocaron con otro vehículo. Tú que llevabas el cinturón de seguridad, solo te golpeaste la cabeza, quedando inmediatamente inconsciente, te fracturaste las costillas, y también parte de tu cadera. En cambio Magnus, quién no llevaba cinturón, se golpeó todo el cuerpo al pegar con el parabrisas, no se fracturó nada a grandes rasgos, pero por el estado en el que iba, hubo muchos cortes y perdió demasiada sangre, afortunadamente al bebé, qué hora sabemos que es niña, no le sucedió nada, parece que Magnus la protegió a toda costa. Viendolo desde un punto de vista médico, no paso nada a gran escala.

–¿Entonces por qué está en estado crítico?

–Porque están controlando el embarazo. Magnus está sedado para que no entré en labor de parto. Eso lo tiene mal, cada hora se debilita más y el doctor dijo que si no actúan rápido podría caer en coma.

–¿Y qué esperan para comenzar con el parto?

–Que decidas.. –dijo despacio –. Los doctores descubrieron que la bebé sufre de una condición llamada osteogenesis imperfecta.. que es cuando los huesos son demasiado frágiles. Hay tres etapas, y parece que la bebé está en la etapa uno.

Etapa uno. Dónde el parto se complica y tengo que decir a quien salvar, si a mi hija o a mi esposo.

–Ya sé eso, no tienes que seguir.. Magnus y yo estábamos buscando una solución.

–No hay solución para esto, nos aseguro el doctor. Si ya lo sabes, debes de tomar una decisión.

–No es fácil..

–Los padres de Magnus ya decidieron, pero la última palabra la tienes tú..

–Debes llamar al doctor Edmund. Está en mis contactos –cambie de tema –. Él sabe un poco más del tema y prometió ayudarnos. Has que venga lo antes posible –ella confundía asintió. Y comenzó a salir –. Espera. También llama al doctor Herondale. Por favor.

[...]

alguien como tú ¡! malec [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora