0065

846 102 42
                                    

[ 💛 Alexander ]

Le pedí a mi secretaria que solicitará una cita con Edmund, así que en la hora del almuerzo me dirigí a su consultorio.

Me recibió con amabilidad y comenzamos una conversación.

Tenía muchas preguntas.

Magnus y yo pasamos toda la noche investigando y encontramos algo, o más bien a alguien, que probablemente podría ayudarnos, pero no quería descartar por completo a Edmund.

–¿Hay alguna manera en la qué puedan salvar a ambos? –pregunté. –Podríamos buscar alguna otra opción; puntos de vista diferentes, doctores que dedíquen su vida a esto, hacer más estudios. Algo que me pueda garantizar que Magnus y la bebé estarán bien. Pagaré lo que sea. No importa la cantidad.

–Comprendo su desesperación. Sí quiere buscar otro médico, no me opondré. Pero seré sincero con usted, ni todo el dinero del mundo podrá garantizarte algo, mucho menos en esta situación.

–Investigamos y encontramos a un cirujano, Jonathan Herondale, que logro salvar a la madre y a su niño, después de que muchos doctores le dijeron que no había salvación.

–Escuche de eso, sí. Herondale es uno de los mejores cirujanos en pediatría –declaró. –Lo conozco, sé que le interesará su caso. La osteogenesis imperfecta, no es común.

Sonreí, sólo por un segundo, ya que el gesto se borro al ver el rostro de Edmund. –Usted no quiere perder este caso. ¿Eso es lo que sucede?

–No es eso. Siempre he puesto la vida de mi paciente antes que mi carrera. Sí hay alguien que puede hacer algo que yo no, lo acepto. No me afecta en lo absoluto.

–¿Entonces?

Suspiró. –Buscar al especialista Herondale para que se encargue de su caso y les brinde esperanza, suena sencillo, pero debes saber que no todo es color de rosa. Los informes siempre harán quedar bien al cirujano, más sí hablamos de alguien con ese prestigio –pauso. –Lo que le diré va en contra del protocolo, sin embargo: creo que mereces saberlo: Jonathan realmente no salvo a la madre, no del todo. Ella nunca más podrá tener hijos, y ahora su vida depende de una máquina –suspiró. –No digo que es un cirujano malo, de hecho es excelente en pediatría. Él salvo al bebé, en lo que cabe el pequeño esta en perfectas condiciones. Pero como su especialidad lo dice, enfocará su atención en la bebé.

–No comprendo.

–Jonathan es especialista en pediatría. Los niños son su especialidad. Hará lo que este en sus manos para salvar a su bebé, eso te lo aseguro.

–¿Cuál es el problema en eso?

-Estamos hablando de pediatría. Niños. Sus conocimientos en la cirugía fetal son escasos. Usualmente estas dos especialidades trabajan juntas, pero Herondale no es una persona que le guste el trabajo en equipo. Por ello la mujer quedo mal. Aún no logra comprender del todo lo que nosotros los cirujanos fetales hacemos, nuestro enfoque es salvar el hogar del feto y a este en el proceso, en este caso: salvar a Magnus y a su bebé, Jonathan se enfocará en lo que es, salvar al habitante: a su bebé, únicamente a ella. Con un médico fetal, Magnus y la bebe son la prioridad, y con el médico pediátrico, la prioridad es la bebé, Magnus quedara en segundo plano. Lo que trato de decir es que, si vas con Jonathan, estas decidiendo a quien quieres con vida y a quien no.

Entré con una esprenza y salí sin ella. Buscar a Jonathan no era una opción.

[...]

Pensé que los días mejorarían, que con Magnus podríamos hablarlo, no obstante; en la mañana del día siete, empezaron los problemas...

–Hable con Edmund y buscar ayuda con el especialista, no es recomendable –conté, mientras observaba a Magnus arreglarse.

El día apenas comenzaba, nos preparábamos para ir a trabajar. Quería contarle esto a Magnus en la noche, más tranquilos, pero no soportaba guardarlo más. Estuve pensado en toda la madrugada y tenía una decisión.

–¿Por qué? –me prestó toda su atención.

–Te dejaría a un lado, Magnus. No nos aseguraría que tú estarás bien. No quiero eso. No soportaría perderte.

–Yo no importo. Angie, ella es lo primordial. Contactemoslo.

–No. El especialista no es una opción, ya no más. Hable con Edmund. Él tiene razón, debemos de adelantar el parto.

–¿De verdad lo estas diciendo? –pregunto con incrédulidad.

–Considerando los riegos, es nuestra mejor opción.

–No la es. Seguiremos con lo dicho. Hablaremos con el cirujano. Presiento que él nos ayudara. Busque el número de su clínica en Internet –tomo el teléfono. –Llamaré ahora.

–Él la ayudará, solamente a ella.

–Ese es nuestro plan.

–¿Nuestro? –. Le quite el teléfono. –No he dicho que si a eso. Tú también debes de estar bien. Puedes pensarlo un poco más. Yo he tomado una decisión.

Cruzo los brazos. –Quiero escucharla.


–Magnus, te amo más que a nada en el mundo. Sin saberlo siempre busque a alguien como tú. No quiero perderte. Edmund me dió los papeles de defunción, creo que es hora de firmarlos.

–Se los dije, no firmaré esa mierda.

–Tenemos que tomar esta decisión. Es lo más seguro.

–No. Es mi cuerpo, así que es mi maldita decisión. No renunciaré a mi bebé.

–¡Es mía también, Magnus! Todo esto me esta doliendo, así que no seas egoísta. No solo es tu decisión. No eres el único que la esta pasando mal. Dios mío. Piensa en ella, sí es que sobrevive no tendrá una vida plena, pasará todo el tiempo en el hospital. No merece eso. Ella no ha hecho nada para merecerlo. No puedes condenarla.

–Merece la vida. Eso es más que suficiente. Sé que será fuerte, podrá con las piedras que encontrará en el camino. Merece cumplir muchos años. Tú no puede decir si ella vive o no. No puedes matarla.

–Eres tú. Tu cuerpo es el que esta matando al bebé, no el mío –solté sin pensar e inmediatamente me arrepentí.

La expresión de Magnus me destruyó.

Entonces llegamos a límite. Presentía que algo así se acercaba, después de todo no eramos tan fuertes como esperábamos.

La mano de Magnus resonó en mi mejilla. Me quede paralizado. Fue un golpe fuerte, como para voltear mi rostro y probablemente dejar marca. Cerré el puño, dispuesto a reaccionar, pensaba en muchas cosas de como hacerlo, sin embargo; no lo hice, sabía que lo merecía. No debí decir eso.

Magnus salió de la habitación, dando un puertaso en el proceso.

[...]

| Will y Jonathan, en esta novela, no son parientes ni nada similar, solo tienen el mismo apellido, y Jace Wayland, tampoco tiene relación con ellos, sé que es la misma persona, pero imaginen que no. |

alguien como tú ¡! malec [TERMINADA]Where stories live. Discover now