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[ 💜 Magnus ]

Después de aquella consulta, nuestro hogar se volvió silencioso, no hablábamos, no teníamos las palabras adecuadas, ni el valor para enfrentar esta situación. Sabía que como pareja nos enfrentaríamos a cosas duras, pero esto era demasiado cruel, demasiado inhumano.

No quería pensar, porque cuando me ponía hacerlo, me imaginaba muchos escenarios en donde en la mayoría tenía que cargar con el hecho de que perdí a mi bebé.

Aún nadie lo sabía, y afortunadamente no habíamos tenido visitas para confrontar la realidad.

Edmund me recetó unas pastillas, para controlar las contracciones, pero siendo sincero no estaban funcionando, aún las sentía y era algo que me estaba matando.

Luego de prácticamente meses, de creer que aquel dolor era porque la bebé estaba contenta y se movía por la felicidad que sentía, todo resulto lo contrario. Ella está exigiendo salir, ya que dentro de mí, estaba sufriendo. Y eso lentamente esta acabando conmigo.

Intenté investigar más sobre la osteogenesis imperfecta, pero cuando me empezó a salir información de centros de ayuda, para superar la pérdida de un hijo, rompí el computador. Lo lance por la ventana y me olvide de la tecnología.

Una semana habían pasado, y para este punto ya todo estaba empacado. Las personas de la mudanza, estaban llevándose las cosas. Yo solo observaba desde el sillón, mientras Alexander daba instrucciones, y se aseguraba de que yo siguiera aquí, mirando cada 5 segundos a mi dirección.

Él era el más fuerte de los dos, se mantenía callado y atento, me abrazaba por las noches mientras me decía que nada de lo que estaba pasando era mi culpa. Alexander trataba de estar sereno, pero no es como sí funcionará, lo conocía bien, sabia que estaba tan destruido como yo, pero no lo demostraba.

Eso me hace sentir aún más mal, me hace ver egoísta. No solo es mi bebé, también es suyo. Sé que le duele tanto como a mí, pero aunque lo intento, no soy lo suficiente fuerte para consolarlo.

–¿También este sillón? –pregunto uno de los hombres que estaba ayudando a la mudanza. No conteste, solo me levanté y deje que se lo llevarán.

Los minutos pasaban, cada vez se veía más vacío el lugar, pero no existía ningún sentimiento. No niego que pase bonitos momentos aquí, pero nunca lo sentí mi hogar, siempre fue la casa de Alexander.

Una voz reconocida me hizo volver a la realidad. Me asome un poco y Raphael estaba ahí. No preste atención a lo que decía, simplemente me alejé, evitando que me viera. Él me conoce desde siempre y sé que notará que algo no va bien y empezará a preguntar, pero de verdad no quiero responder, ya llore lo suficiente por hoy, además, él tiene sus propios problemas, no quiero hacer que cargue con los míos.

Subí por las escaleras, hasta las habitaciones, recordando la primera vez que llegue aquí. Había exactamente cuatro de estas. La más grande era la que compartíamos, después estaba la que usaba cuando no nos llevamos bien, y las dos que sobraban, una era de Bambú, donde lo escondí para que Alexander no lo viera el día que lo traje, y la última era la que se suponía que sería para nuestro bebé. Me encamine hasta esta, me pare enfrente de la puerta, la cual estaba entreabierta.

Esa habitación se mantuvo cerrada, bajo llave, por estos últimos días. Cuando llegamos del médico, me encerré aquí, por dos días: no comí, no dormí, sólo observaba la cuna que con trabajo Ragnor y Raphael armaron por nosotros.

alguien como tú ¡! malec [TERMINADA]Место, где живут истории. Откройте их для себя