0053

1.1K 138 59
                                    

[ 💜 Magnus ]

Dos meses después...

Había llegado la fecha tan esperada por Ragnor y Raphael: el día de su boda.

Hubo mucho drama, pero lograron sacar adelante los preparativos para su gran momento. Todos estábamos contentos. Ellos desprenden el amor más real y puro que hay en este mundo. Al observarlos por un segundo puedes abrumarte con la forma en que se adoran. Y en pocas horas declararían ese  amor delante de Dios.

–¿Estás preparado, cariño? –cuestiono Alexander, entrando a nuestra habitación. –Wow. Te ves hermoso.

Por suerte logre encontrar un bonito traje de color azul que se ajusto perfectamente a mi nueva figura. Era demasiado cómodo y no aplastaba mi estómago que con el reposo que él doctor indicó y la ayuda de Alexander, sin problema había a los seis meses de embarazo.

Solo faltaban tres para conocer a nuestro bebé. Moríamos por saber el sexo. Pero aún queríamos que fuera una sorpresa hasta el día del parto.

–Gracias –me sonroje. Después de todo seguía teniendo ese poder en mí. –Tú no estás nada mal –bese su mejilla.

Llevaba un traje negro, con una camisa azul. Íbamos combinados.

–Vamonos, nos esperan abajo –. Tomo mi mano.

Bajamos las escaleras con tranquilidad. Hasta llegar donde mi mejor amiga y novio, nos esperaban. Ellos pudieron arreglar sus problemas y desde entonces son una pareja adorable.

Pude conocer mejor a Simon y es un chico bastante amigable, es una buena persona y se ve que esta completamente enamorado de mi mejor amiga.

–¡Que hermosos nos vemos! –aplaudió Isabelle, dando pequeños saltos. –Dios exagero con nuestra belleza.

–Con algunos más que otros –completo Alexander, tocando mi nariz con un dedo, no puede evitar sonreír como estúpido. Lo amo demasiado.

–Bueno gente hermosa –Simon, hablo con sarcasmo. –Hay una boda a la que tenemos que ir.

Todos salimos de casa y subimos a la camioneta de Simon. Nos dirijamos a la casa de mi tío León, aún tenía que ayudar a Raphael con toda su vestimenta, siendo uno de los padrinos.

Llegamos en unos diez minutos después.

Con un poco de trabajo y la ayuda de Alexander baje del carro y camine hasta la puerta.

Tocamos unas cuantas veces, hasta que mi tío apareció. Vestía de manera muy elegante. Realmente le quedaba muy bien el estilo. Lo halagamos un poco, subiendo así más su ego. Le pedí a mi esposo que se quedara con él en lo que yo subía con Raphael.

Subiendo las escaleras, pude escuchar como tocaban la puerta de una habitación desesperadamente, mientras que Catarina, decía algo indescifrable.

Apresure mi paso.

–¿Qué sucede? –pregunté en el momento que llegue a donde Catarina estaba.

–Es Raphael. No quiere salir de la habitación –contestó, tratando de abrir la puerta con un cullillo.

Note que aún tenía la pijama puesta. Ellos son un complemento desastre.

–¿Por qué?

–Un botón de su camisa se cayó. Y ahora dice que Ragnor no se va a querer casar con él, sí lleva una camisa sin un botón.

Reí a mis a dentros. Ser dramático viene de familia. Rodé los ojos y ligeramente la empuje para que me dejara hablar.

–¡Raphael, aquí Magnus! ¡Abre la puerta!

–No. Váyanse todos no habrá boda.

–Claro que habrá boda, estúpido. No serías capaz de arruinar un día por una tontería.

–No. Pero mi camisa –lloro.

–Tranquilo déjame entrar.

–No –respondió.

–Raphael... –reproche.

–No.

–Tu boda.

–No.

–Rapha...

–No.

Como sí él bebe estuviera escuchando todo, de la nada pateo.

–¡El bebé! –me sobresale.

Me alejé de la puerta y le grite a Alexander. Quien en subió de enseguida.

–Se está moviendo –anuncie.

De la nada se abrió la puerta y un Raphael con ojos rojos apareció, empujo a mi esposo que se acercaba a mí, consiguiendo que cayera al suelo.

–Yo quiero sentir –pidió, agarre su mano y la coloque en donde el bebé se movía.

Segundos después Alec apareció y miró mal a Raphael. –Soy el padre, tenía que sentir primero –se quejo.

Una sonrisa se apareció en sus labios, aproveche eso para retomar el tema.

–Tengo una camisa totalmente nueva, en casa. Maryse compró una de repuesto, el día de mi boda. Estoy seguro que te quedará.

–Yo iré por ella –se ofreció Alexander. –No lo merece, pero iré.

–Gracias –contestó Raphael sin quitar la mano de mi vientre.

–Catarina, ve a cambiarte, yo me encargo desde aquí –dije, esta asintió y salió corriendo.

Todos se fueron, dejándome completamente solo con Raphael, él cual seguía encantando tocando mí vientre.

–Estas demasiado gordo –se burlo.

–Y nunca estuve más contento por ello.

–¿Tú, crees que yo pueda? –. Con su mano libre toco su estómago.

Sonreí. –Claro que sí.

–Hemos intentando y no ha sucedido nada. Estamos perdiendo las esperanzas.

–Tienen que ser pacientes.

–¿Ustedes lo planearon?

–Realmente no. Llego de repente.

–¿Y sí yo no sirvo para eso?

–Siempre está Ragnor –bromee.

Reímos. –Pero yo quiero –. Hizo un puchero que Ragnor amaría.

–Tranquilo, primo, estoy seguro que dentro de muy poco tendrás un pequeño Ragnor dentro de ti.

–Una pequeña –corrigió.

–Una pequeña, aún mejor.. –sonreí aún más.

[...]

alguien como tú ¡! malec [TERMINADA]Where stories live. Discover now