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[ 💛 Alexander  ]

–Entonces.. ¿Por qué planearon este improvisado desayuno? –cuestiono mi padre secamente. Él definitivamente no era fan de convivir.

–Tenemos algo que contarles –dije.

–Algo muy importante –continuó Magnus.

–Sí eso.

–Hablen, porque estoy apunto de terminar mi desayuno y si sucede tendrán que esperar hasta la cena. Tengo cosas que hacer.

–¿Sucede algo Alexander? –. Rode los ojos al escuchar mi nombre completo en la boca de mi madre, no me gusta que me llamen así, solo Magnus puede hacerlo.

Llegó la pregunta que muy dentro de mí, no quería que hicieran. No es como sí fuera a pasar algo malo, pero siempre es difícil contarle algo a mis padres por más bella que sea la notica.

Uno poco nervioso, tome un bocado más del desayuno, agarre la mano de Magnus y decidí hablar: –Seremos papás –declaré. –Magnus está embarazado. Tiene algunas semanas.

Sin rodeos.
Directo al punto.

Mis padres se quedaron quietos, procesando la información, sin hacer ningun sonido.

Sin esperarlo mi padre fue el primero en hacer un movimiento; se levantó de su lugar y salió huyendo del comedor, desapareciendo de nuestra vista.

En pocos segundos se escuchó un gran grito de felicidad, para después, ver cómo mi padre regresaba nuevamente, agarrando a Magnus en un abrazo. Mi cuerpo se relajo, al ver su sonrisa en su rostro.

–¡Sere abuelo! –confirmó.

Mi madre salió de su estado y se acercó a abrazarme. –Felicidades, realmente nos emociona la noticia, es una bendición.

–Gracias –sonreí.

Los ojos cafés de mi madre, brillaron al voltear a ver a Magnus. Camino hasta él y con suavidad toco su vientre. No puede escuchar lo que le dijo, pero se que fue algo bueno porque pude ver la radiante sonrisa de mi esposo.

–Tenemos que hacer una fiesta. Una grande. Todo el mundo tiene que saber habrá un nuevo integrante en la familia Lightwood. Será una fiesta de presentación –sentenció mi padre.

Ahí está el Robert que todos conocemos, ya decía yo que algo andaba mal.

–No creo que a un bebé le gusten ese tipo de fiestas, aún más cuando no ha nacido, además apenas tiene unas pocas semanas de vida dije con sarcasmo.

–Alec tiene razón, cariño –apoyó mi madre. –Hay que esperar a que nazca el bebé.

–No habrá ninguna fiesta de presentación. Ni ahora, ni cuando nazca el bebé –aclare con voz brusca, pero sin sonar grosero, solo demandante.

Tengo muy en claro, que no quiero que mi bebé se relacione con gente de mi clase. Quiero que él o ella sea feliz sin lidiar con las innecesarias reglas que los Lightwood imponen. Prefiero mil veces que conviva con los Bane.

Mis padres ya no hablaron más.

Agradecí eso.

El desayuno termino con un ambiente cálido.

Me acerque a Magnus abrazándolo por la cintura. Hundí mi cabeza en su cuello, olfateando su aroma a sándalo.

–¿Estás bien? –. Acaricio mi cabello.

–Sí –. Me aleje un poco para verlo a los ojos. –No quiero que nuestro bebé tenga que soportar lo que algún día viví. No pienso alejarlo de mi familia, simplemente, prefiero que tenga una infancia rodeado de personas que se interesan en su bienestar emocional y no en el económico. Una fiesta de presentación, lo condenaría a vivir en apariencias. Disculpa si estoy exagerando.

–No lo haces, te entiendo.

–Sin embargo, si quieres una fiesta para nuestro hijo, haremos una.

–No, esta bien. Tampoco amaba la idea de tener una, pero me alegra el entusiasmo de tus padres.

Lo miré con ternura, envolviendolo en mis brazos, donde pudiera escuchar los latidos descontrolados que mi corazón hace cada vez que esta cerca. Tiene la altura perfecta para eso.

–¡Feliz cumpleaños mejor amigo! –mi hermana, grito. Llamando la atención de todos.

Traía una enorme bolsa de regalo en su mano derecha, y en su mano izquierda un globo de colores. Vestía una camisa con un Magnus de casi ocho meses de embarazo.

–¿De donde sacaste eso? –pregunté señalando la camisa. .

–Venía preparada –. Alejo a Magnus de mis brazos y lo hizo sentarse para que abriera su regalo.

[...]

–Gracias por todo, ahora tenemos que irnos. Vamos a la casa de los padres de Magnus.

–Pueden venir –se apresuró a decir. –Están invitados, entre más gente mejor.

–No creo que sea buena idea –mi madre sonrió con tristeza.

–Es buena idea, mamá adora a los invitados y le encantará verlos.

–Yo iré. Dejen me cambio. No se vayan sin mí –. Isabelle salió corriendo a su habitación.

–Genial, viene la loca –. Volví a sentarme en el sillón.

–¿Y ustedes, vienen? –Magnus le pregunto a mis padres. –Así le damos la noticia en grupo.

–¿No le han contado a tus padres, Magnus?

–No. Ustedes fueron los primeros. ¿No es genial?

–De acuerdo, creo que si estaría bien si vamos –dijo mi padre –, eso hacen los suegros ¿no?, además, es tu cumpleaños.

–Gracias, se van a divertir.

[...]

alguien como tú ¡! malec [TERMINADA]Where stories live. Discover now