24. "Batido de frambuesa."

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Todos estábamos cansados así que decidimos ir a dormir. Los chicos bajaron, mientras que Ariana y yo nos quedamos en mi habitación. Estos días en Australia me estaban volviendo loca, me emocionaban a tal punto que deseaba no volver jamás y no me malentiendan, no es que no amara Chile, sino, que también estaba empezando a amar Australia.

—¿Tienes sueño? —preguntó Ariana quien estaba recostada a mi lado. La verdad era que no y ella lo sabía perfectamente.

—No. —le respondí girándome para poder mirarla.

—¿Quieres hablar? —preguntó esta vez.

Eso fue lo más raro que pude escuchar salir de la boca de Ariana. Rara vez hablábamos de nuestros problemas, en realidad éramos más del tipo de hablar de nuestros sueños, pero esta vez ella quería hablar y yo no me negaría.

—Claro. —respondí entusiasmada para luego incorporarme y sentarme de piernas cruzadas—. ¿De qué quieres hablar?

—No sé qué es lo que me quieres contar. —dijo imitándome para quedar en mi misma posición.

—Sabes que no te oculto nada, ya sabes, me refiero a que no me importa compartir toda mi vida contigo. —le dije sin darme cuenta lo cursi que salió eso.

—No sabes lo cursi que sonó eso —habló rápidamente leyendo mis pensamientos—, pero te entiendo, nadie se resiste a mí. —finalizó con una mirada juguetona.

—¿Por qué Luke no te beso? —le pregunté sin pelos en la lengua a mi amiga haciendo que sus mejillas se tornaran rojas. Al menos le había devuelto la jugada.

Vi como dudó unos segundos antes de responderme. Sabía que le costaba hablar de ese tipo de cosas. Chicos.

—Porque él dijo que mi primer beso debía ser especial. —me respondió con una tímida y vergonzosa sonrisa.

—¡Oh, Dios que romántico! No alcanza para cursi. —le dije a lo que ella rápidamente asintió con la cabeza.

—Lo sé y sabes lo difícil que es encontrar a alguien así. —agregó ella reflexionando. Siempre hablábamos de lo cursi que podían ser las películas. Los libros, en cambio, eran tiernos. En realidad, éramos poco románticas.

—Y si sabes lo difícil que es ¿Por qué lo dejas ir? —pregunté mirándola fijamente. Ella bajó su mirada y por una milésima de segundo pude ver vulnerabilidad reflejada en su lenguaje corporal.

—¿Por qué haces eso, _______ (Tn)? Sabes el porqué. —me respondió un poco cansada. Sabía que la había logrado enfadar. Solía pasar con Ariana cuando le hacía recordar algo que ya sabía.

Esperé un poco mientras el silencio nos invadía, definitivamente era una estúpida. El problema no era lo que pasaba por mi cabeza, era lo que mi lengua sin control dejaba salir.

—Lo sé, lo siento. Créeme que si pudiera hacer algo para solucionarlo y hacerlo menos complicado lo haría. —ella me miró con una sonrisa tranquilizadora. Al menos ahora sabía que no estaba enfadada—. Este es nuestro sueño, aunque ¡Mucho mejor! Dime... ¿Quién diría que los conoceríamos? Siento hacerte esa pregunta todos los estúpidos días, pero sé que se puede, sé que se quieren o algo sienten.

—No seas tonta, las dos estamos igual... Sufriendo por unos chicos que jamás nos verán de esa forma. —concluyó ella haciendo que algo dentro de mi pecho se apretara y mi mente me dijera "Es verdad. Te lo dije"

—Voy a leer. —dije rompiendo el silencio y con toda la intención de cambiar el tema.

—Definitivamente yo también. —dijo mi amiga imitándome.

Mi destino eres tú (Calum Hood&Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora