Mi destino eres tú (Calum Hood&Tú)

12. "Ensayo y playa"

Después del almuerzo iba caminando hacia mi salón cuando me encontré con la pelirroja menos deseada. Intenté mirar hacia otro lado y acelerar el paso, rogándole al señor que ella no me hubiese visto, pero ya saben, cuando menos quieres que pase algo... menos puedes hacer para evitarlo.

—Hola, ______ (Tn). —escuché que me saludó e incluso sin mirarla podía saber que tenía una sonrisa cínica en su rostro.

—Ah, hola. —dije sin ningún tipo de interés e intentando seguir mi camino, para dejarlo como un saludo casual.

—Lamento no poder haber compartido mucho con ustedes en la fiesta —volvió a hablar rápidamente obligándome a escucharla—, pero tú sabes que cuando una está enamorada nada le importa... —finalizó con una voz super actuada de enamorada. Yo podía parecer tonta, pero si algo no tenía, era un pelo de ello.

—Sí, lo entiendo. —le respondí sin ningún tipo de emoción, solo intentaba de zafarme de ella.

—¡Oh! ¿También has estado enamorada? —me preguntó de repente haciéndome saltar—. O... ¿Estás enamorada? —dijo acercándose más a mí.

—Lo siento, Holly, esto no voy a tener esta conversación contigo. Permiso. —dije ya dispuesta a irme cuando volvió a hablar.

—Siento incomodarte, solo quería pedirte que le dijeras a Aleisha que no me espere. —guardó silencio unas milésimas de segundo para luego atacarme—. Lo que hace una enamorada. —dijo reflexionando y suspirando. Luego de eso escuche sus pasos irse y me voltee para ver. Calum la estaba esperando a la salida y al momento de encontrarse ella lo beso y desaparecieron.

Enfadada me giré sobre mis talones y me dispuse a caminar. Claro que era eso lo que ella quería, ¡Ni siquiera somos amigas! ¿Yo dándole un recado a la rubia? ¡Por favor! Pensé que estaba siendo racional, pero solo caí en su trampa. Todo lo que ella quería era que la viera con Calum y yo no hice más que complacerla.

(...)

—Hola. —me dijo Connor de repente.

Yo me encontraba guardando mis cosas para irme a casa. La jornada había finalizado y yo estaba más que derrotada.

—Connor, lo siento, pero estoy apurada. —dije, pero él volvió a hablar antes de que pudiera empezar a caminar.

—No, tranquila, no quiero molestarte. Solo quería que me respondieras una pregunta. —dijo mirándome suplicante a los ojos. Está bien, si lo hacía me dejaría en paz.

—Está bien, adelante —le permití.

—¿Tienes novio? —preguntó mirándome directo a los ojos.

¿Qué? Por un momento me quedé mirándolo, esperando que me dijera que era una broma. O quizá yo había escuchado mal, porque él no parecía notar cuan descabellado sonaba.

—¿Qué? —pregunté aún confundida, quizá así Connor se daría cuenta de que solo en su mente sonaba bien tal pregunta, pero que en voz alta solo parecía un poco invasivo.

—Sé que suena raro, pero solo quiero saber si es por eso por lo que me ignoras tanto. —dijo mirándome de una manera muy poco particular de él, incluso podría decir que se notaba desesperado lo que me asustó aún más—. Por favor, solo eso y te dejo tranquila.

No supe que decir. Por unos largos segundos me encontré meditando lo raro que estaba siendo mi día, es decir, ¿A quién le interesa tan repentinamente la vida amorosa de una chica de dieciséis años? Digo, no es como si fuera famosa o algo. Miré hacia mi alrededor pensando en que quizá había caído en una broma, porque no le encontraba otra respuesta a que un chico como Connor estuviese tan desesperado por saber sobre mi vida amorosa.