11. "Mali-Koa Hood"

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La alarma y la rutina de siempre, solo que sin Ariana. Era difícil, pero era parte del proceso, debíamos estar separadas, al menos solo en la casa. Había pasado una semana del suceso en la casa de Holly y con Calum no habíamos hablado mucho. Pensé que las cosas se estaban arreglando, que él me estaba aceptando, pero no era así y jamás lo seria.

Por más que quisiera llevar las cosas en paz, no se podía con Calum y tampoco podía obligarlo, así que lo único que me quedaba era alejarme de los problemas —o sea Calum— y preocuparme por mis estudios y pasar con buenas calificaciones.

—Hola, ______ (Tn). —me saludó la Sra. Hood en cuanto baje las escaleras.

—Buenos días. —le correspondí dedicándole una cálida sonrisa. Ella estaba haciendo de mi estadía en Australia una mucho más fácil y cómoda.

Siempre en las mañanas nos levantábamos y compartíamos el desayuno acompañado de anécdotas e historias. Me preguntaba cómo iba en el instituto y ella me hablaba sobre su hermoso jardín. Era muy tranquilo, porque Calum casi no venía y cuando lo hacía yo no estaba aquí. Estaba pasándola de maravilla en Australia, tenía muy buenos amigos ¡Hasta había hecho nuevos sin ayuda de los chicos! O al menos que no tuvieran que ver con ellos. Las cosas andaban muy bien y me sentía muy cómoda. Ariana y yo nos veíamos casi todos los días después de clases, aparte de compartir algunas comidas y clases.

—¡Hola, familia! —dijo de repente una voz desde la puerta. Me tensé, estaba en pijama y toda despeinada. No estaba como para ver a alguien.

—¡Hija! Cariño mío —dijo la señora Hood muy emocionada mientras yo tragaba mi cereal para desaparecer de allí antes de que alguien me viera.

—Hola, mamá. Me extrañaste, ¿Verdad?

—Claro que sí, cariño. Ven aquí que tengo que presentarte a alguien. —dijo la Sra. Hood. ¡No! Por favor que no sea yo ¡Qué vergüenza! Es su hija y yo estoy impresentable. Si es que era igual que Calum me odiaría y se burlaría de mi para el resto de nuestras vidas—. ______ (Tn), no seas tímida.

Me obligué a mí misma a voltearme. Tomé todo el coraje que mamá siempre me decía que sacara para así queda frente a ella y observarla con claridad. Era alta, demasiado alta. Su cabello era marrón, pero con algunos visos algo rubios. Su tez morena y se notaba encantadora. Bueno, supongo que lo último era de familia.

—Eh... Hola —la saludé tímidamente—. Disculpa mi presentación, no sabía que vendrías. —finalicé haciendo un ademán para que mirara mi vestimenta.

Ella me hizo caso, mirándome de pies a cabeza. Una vez que volvió a mi rostro lanzó una carcajada. Bien, ahora sí me había humillado completamente. Supongo que, sí es como su hermano, se burlará de mí. Solo esperaba que no me tomara una fotografía.

—¡Dios, chica! No te disculpes, hasta toda desarreglada te ves bien ¡Qué más quisiera yo! Yo soy Mali-Koa Hood —dijo acercándose a mí para darme su mano. Yo le sonreí y la acepté encantada—. ¿Vas al colegio de mi hermano? —yo asentí nuevamente encantada con su belleza y simpatía—. Bueno, entonces, vístete y te llevo.

Yo asentí con una inmensa sonrisa en el rostro. ¿A caso podía ser más maravillosa? Digo, una desconocida se encuentra en tu casa y lo único que haces es alagarla y ofrecerte a llevarla al instituto. Ahora me doy cuenta de que la lógica de los Hood no es para todos igual.

Corrí por las escaleras mientras pensaba en cuantas cosas más Mali podía sorprenderme. Ya me había dejado encantada con su desplante y su bla bla, así que no podía desencantarme ¿O sí?

Me vestí a la velocidad de la luz y me cepillé los dientes como si estuviera escobillando una alfombra. No quería hacer esperar a Mali, de seguro una chica tan independiente como ella tenía muchas cosas que hacer.

Mi destino eres tú (Calum Hood&Tú)Where stories live. Discover now