14. "La pulserita"

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Sentí algunos rayos iluminar mi rostro, pero rápidamente le hice el quite tapándome. Logré conciliar el sueño nuevamente cuando algo dentro de mí me hizo despertar casi de un salto. ¡Era día de escuela! Rápidamente salté de la cama haciendo que Ariana cayera al suelo justo encima de Mali.

—¡______ (Tn)! ¿Qué carajos te pasa? —me reclamó Mali abrigándose de nuevo con la manta.

—¡Ariana! Dios, es día de escuela. —dije respondiéndole a Mali, pero al mismo tiempo despertando a Ariana.

—¿Qué? —dijo Ariana abriendo los ojos tanto como pudo.

En ese momento comenzamos a correr las tres por la casa, buscando ropa y nuestras cosas. Bajábamos y subíamos las escaleras, la casa parecía un caos, pero no había rastros de la Sra. Hood.

—¿Dónde estará tu mamá? —le dije a Mali mientras guardaba mis cosas.

—No lo sé, debe haber salido. Ahora al auto. —dijo mientras Ariana agarraba una manzana y se unía a nosotras.

En el instituto estaba todo en silencio. Con Ariana no teníamos la misma clase, así que nos habíamos separado. Camine lo más rápido que pude, pasé a mi casillero, vi mi horario, saque las cosas que me faltaban y corrí hacia el salón de mi primera clase "Historia de la música". Una vez allí me armé de valor y golpeé la puerta, del otro lado escuché un "pase" así que me abrí la puerta y me encontré con la misma profesora que me había presentado al comienzo de mi estadía en el instituto.

—¿Qué paso, Srta. Torres? ¿Tuvo algún problema? —me dijo ella mirándome a los ojos. Me acerqué a paso lento y tímido hacia ella con la cabeza gacha.

—Lo siento mucho, me he quedado dormida... No se repetirá, lo prometo. —le dije mirándola de manera casi suplicante.

Ella soltó una pequeña risita que no sabía que significaba, si debía relajarme o asustarme más. Así que intenté no hacer ninguna cara rara, cosa difícil en mí.

—No se preocupe, a todos nos pasa. —vuelve a decirme sonriente—. Que no se vuelva costumbre.

Ella me hizo una seña para que me integrara al salón. Caminé sin mirar la cara de los alumnos que me estaban mirando y divisé, desde mi vista periférica, un puesto desocupado. Me acerqué y sin hacer ningún ruido me senté. Todo estaba saliendo bien hasta que sentí una mirada fija en mí, alcé la vista y pude ver a Calum. En cuanto lo vi la aparte rápidamente, desde que habíamos discutido en el patio trasero no había hablado con él y prefería que siguiera siendo así. No podía creer lo imbécil que se había comportado solo por el hecho de tratarse de Holly. No quise pensar más así que me concentré en la clase.

—Bueno, alumnos, únanse en parejas porque haremos un ensayo. —dijo la profesora. No quise mover ningún musculo, no había nadie que conociera o quien yo quisiera hacer el trabajo—. Quiero que escriban la historia de la música desde su perspectiva. Quiero que escriban la historia de su música. Quiero que hagan la historia de la música, su historia.

Cada vez que tenía que hacer un trabajo ya sea grupal o en parejas, jamás tuve que preocuparme, porque tenía a Ariana y teniéndola a ella, sabía que estaba segura. Ahora no estaba y, peor aún, en un lugar que no conocía.

—Hola, bonita. —me dijo Connor.

—Hola. —dije dedicándole una sonrisa.

—¿Hagamos el...? —no alcanzó a terminar cuando una voz ronca lo paró.

—Ni lo sueñes, ella está conmigo. —dijo Calum con una voz muy ruda.

—¿Qué? —dijo Connor mirándome, como si buscara una respuesta en mí.

Mi destino eres tú (Calum Hood&Tú)Where stories live. Discover now