Mi destino eres tú (Calum Hood&Tú)

38. "Orgullo y corazón roto"

—Estoy saliendo con tu hermana. 

Miré a Calum perpleja y a punto de vomitar.

No podía ser, era imposible. Vi a Kiara el martes —antes de ayer— y me contó todo sobre su salida a esa convención de moda. No me dijo nada de Calum, no me lo contó. Aunque... esperen.

Ella me comentó de un chico. Me habló sobre un chico guapo que vio después de la convención. No pensé que sería Calum. Jamás me imaginé que ese chico fuera Calum. Tuve que sostenerme el estómago para no tirarme al suelo y vomitar ahí mismo.

Calum Hood, el chico por el que creo tener sentimientos tan profundos que no sería capaz de explicar en simples palabras. Ese mismo chico está saliendo con mi hermana. Miré a mi alrededor y recordé que estábamos en los pasillos de instituto. No podía llorar. Hace algunos segundos yo caminaba despreocupada igual que ellos y de un momento a otro ya estaba vacío.

—¿Cuándo...? —tartamudee como una estúpida queriendo que me dijera ahí mismo que era una broma.

—Todo paso muy rápido. —dijo sonriendo. Sentí nauseas—. Esta semana has estado muy ocupada con lo de tus exámenes finales y tu hermana se sentía sola, me pregunto si podía acompañarla a algún lugar...

¿Cómo pudo pasar todo esto? Nunca lo vi venir, aunque debí hacerlo. Ayer, Calum, había estado muy feliz diciéndome cosas y preguntándome si yo era feliz siendo su amiga. Me preguntó más de una vez si estábamos bien. Yo dije que lo estábamos, porque eso pensaba.

Mis lágrimas se contenían unas a otras, pero a mí, a mí nadie me contenía. Necesitaba llorar, pero con Calum en frente de mí no podría. Quería gritar y preguntarle al destino ¿Por qué?

—¿Te sientes bien? —me preguntó analizándome preocupado.

—Esto... ¿Esto era lo que querías decirme? —le pregunté tratando de ordenar mi mente.

Calum me había pedido reunirnos en la hora de almuerzo para hablar. Según él, tenía algo muy importante que decirme, algo que no podía resistir más sin decirme. Felizmente había aceptado. Por un momento, por un miserable momento pensé que Calum sentía lo mismo que yo, pero estaba completamente equivocada. ¿Cómo fui tan estúpida para dejarme ilusionar con las falsas señales?

—Sí. —respondió inspeccionando alguna reacción en mi rostro.

Lo miré también. Quería saber si esto sería algo pasajero como lo de Holly, porque vaya que la superó. Miré de nuevo a mi alrededor y, mientras más lo hacía, más me daba cuenta que no era una pesadilla. Esa era la realidad.

—¡Dios, ______ (Tn)! No sabes lo feliz que estoy. —exclamó sonriendo. Calum había estado muy sonriente los últimos días. No tenía idea de por qué era. Hubiera preferido no saberlo—. Tenía que decírtelo y en serio lamento haber esperado.

—Espera. —lo interrumpí—. ¿Hace cuánto ustedes...? —sentí líquido amargo que subió por mi garganta—. ¿Hace cuánto ustedes están saliendo?

—Bueno... —dudó un poco—. Desde el domingo.

Un día después de haber compartido conmigo. El sábado estuvimos juntos con todos nuestros amigos en la casa de Liz. Me sentí asqueada.

—No es algo oficial, ya sabes. —se comenzó a corregir antes de que yo hablara—. Solo salimos, pero hay algo entre nosotros, ¿sabes?

Casi vomito en su ropa, lo que habría sido espectacular, pero me contuve.

—Sabes que ella se irá ¿No es cierto?

Kiara solo había venido por unas dos semanas. O al menos eso me había dicho ella. Mañana se cumpliría una semana desde que ella llegó y solo deseaba que la otra pasara volando y que ni siquiera tuviera que preocuparme que eso llegara más lejos.