44. "Ian"

3.6K 270 15
                                    

Narra Calum

Después de mi repentina y desesperada confesión sonó el timbre, por lo que ambos, sin decir nada, nos marchamos. El primero en arrancar fui yo, claramente, ni siquiera le di oportunidad de reaccionar, pero es que tampoco tenía cómo reaccionar.

Por más que pensaba en eso, no podía dejar de preguntarme por qué dije eso. Digo, sí, me enloquecía pensar que estuviera tan cercana a Connor, pero ¿era Connor quién realmente me molestaba? Porque de repente parecía no ser él el problema, sino... yo.

—Pareces muy ido, ¿todo bien?

La voz de Kiara me sacó de mis pensamientos. Al momento de terminar mi jornada escolar recibí un mensaje de Kiara para que nos juntáramos, no me importó dónde ni para qué, solo quería correr y ocultarme de todos.

—Los exámenes me están costando más de lo que pensé.

Claro que tenía que mentir, ¿qué otra cosa le podría decir? Kiara no podía saber que la verdadera razón de que estuviera tan desconcertado es porque me está costando entender qué pasa conmigo.

—Vale, esa es una gran mentira. —comentó haciendo que yo la mirara de prisa. A diferencia de lo que pensaba, ella tenía una sonrisa burlona en el rostro—. Está bien si no me quieres decir, pero sé que tiene algo que ver con mi hermana.

La miré sintiendo el sudor bajando por mi frente. ¿Qué era exactamente lo que Kiara sabía? ¿Es que acaso ______ (Tn) sí le había contado de lo que había pasado entre nosotros?

—Vaya, es grave entonces. —concluyó dejando de sonreír, pero sin ser demasiado seria—. Mira, no sé qué sucede, pero ella anda rara, demasiado en su mundo y sé que eso es normal en ella, pero esta vez es diferente.

—¿Cómo diferente?

Creo que soné demasiado interesado en el tema, porque por leves segundos creo que Kiara entrecerró sus ojos, pero no duró mucho, ya que se acomodó y se acercó más a mí.

—¿Siguen peleados? —preguntó con algo de preocupación—. Mira, creo que esto es demasiado. No sé si esto es por nuestra relación o hay algo más, de lo que sí estoy segura es que ustedes dos deben dejar de comportarse como niños y arreglar sus problemas.

—Quizá sea por el nuevo novio de ______ (Tn). —solté a la defensiva sin darme cuenta.

Bien, creo que eso sí fue demasiado obvio y, si Kiara no sabe lo que pasó entre nosotros, ahora sí lo iba a saber. Me comencé a preparar mentalmente para explicarle todos los extraños eventos que han sucedido entre su hermana y yo, pero a cambio de eso solo escucho su risa.

—Dios qué idiota eres. —concluyó más para ella que para mí y luego me miró—. Creo que ambos sabemos que ella no tiene ningún novio. La pregunta es... ¿Por qué te empeñas en hacerte pensar que sí?

Luego de eso Kiara se reacomodó y siguió tomando de su café mientras observaba el catálogo de la nueva tendencia en Paris. Me quedé pensando en sus palabras y en lo extraño que era estar con ella. No en una mala manera, pero sí en una muy diferente.

Kiara era una chica que prefería estar sola o no conversar demasiado. Para ella lo mejor era cuando podía mantener su vista entretenida y la boca cerrada. No era que me molestara, pero sí podía notar lo diferentes que éramos.

Sabía que ______ (Tn) y yo también éramos diferentes, pero a otro nivel. A un nivel en el que podíamos ser tan diferentes, pero compartíamos las diferencias del otro y las apreciábamos. Con ______ (Tn) podíamos estar en una misma habitación haciendo cosas diferentes, pero aún así sentirnos allí. Con Kiara estamos en la misma habitación, pero yo me siento en otra muy lejana.

(...)

Narra ______ (Tn)

—¿Estás lista? —preguntó Ariana una vez a mi lado. Yo solo asentí.

Caminamos juntas hacia la estación donde esperaríamos la locomoción. No me sentía muy habladora, especialmente después de mi encuentro con Calum. Es que a veces me llegaba a doler la cabeza tratando de entenderlo.

Definitivamente Calum Hood era más difícil de resolver que un ejercicio de matemáticas avanzada.

—Con los chicos hemos quedado en salir mañana. —soltó Ariana de repente— Les he dicho que mañana llega Ian, pero me han pedido llevarlo, quieren conocerlo.

Yo solo asentí nuevamente sin prestar mucha atención. En momentos así, solo seguía mi memoria mecánica mientras dejaba mi mente divagar.

Al día siguiente todo pasó muy rápido. La llegada de Ian comenzaba a emocionarme y me hizo olvidar por completo el suceso del día anterior.

Cuando llegamos al aeropuerto estaba tan ansiosa por ver a mi mejor amigo que no podía dejar de moverme. En el momento que lo vi mirar un poco perdido hacia todos lados no me aguanté y corrí hacia él.

—¡Ian! —grite al mismo tiempo que me lance a sus brazos.

—Esto me confirma lo mucho que me necesitabas. —me dijo en un tono egocéntrico a lo que yo respondí con una sonrisa.

Con todo lo que había estado pasando las últimas semanas me empezaba a sentir rara, como si no encajara, pero con Ian a mi lado todo se sentía diferente, así que preferí no debatirle.

Una vez que lo solté Ariana se acercó a abrazarlo, subiéndose en su espalda para que la cargara.

—Ahora entiendo para que me necesitaban. —comentó haciendo que ambas riéramos—. Ahora que estoy aquí, me contarán que han hecho. Todo y con detalle.

Nosotras solo sonreímos y comenzamos a caminar hacia la salida para conseguir un taxi. Obviamente había mucho que ponerse al día, pero otras cosas que era mejor evitar.

Ian y Ariana conversaban animadamente cuando llegamos a casa, ella se había encargado de contarle sobre nuestra salida hoy en la noche, de la cual yo poco sabía.

—Estás callada, ______ (Tn) —habló mi amigo captando mi atención.

—Solo me ocupo de ordenar. —dije sonriéndole.

La Sra. Hood me había permitido dejar que Ian se quedara aquí, así que buscaba las cosas necesarias para que Ian se sintiera cómodo.

La verdad era que ya comenzaba a sentirme demasiado patuda. No me gustaba abusar de la buena voluntad de la Sra. Hood.

—Bueno, ya haremos eso luego. Ahora... ¡Hora del copuchenteo!

Ian era una de las personas más entrometidas y chismosas que jamás había conocido en mi vida. No exagero, él era mucho más cotilla que Ariana y yo juntas. Creo que con eso queda claro.

—Primero, la noticia del momento. La Francisca y el Pablo terminaron. —habló teniendo nuestra completa atención.

—¡No! —exclamamos Ariana y yo al mismo tiempo.

Y así fue como se nos fue la tarde hablando de estupideces con Ian, mientras comíamos y escuchábamos música. Tal como en los viejos tiempos.

____________________
*Capítulo corregido*

Mi destino eres tú (Calum Hood&Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora