31. "Tiempo de amigos"

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—¿Qué mierda te pasa, Hood?

El enfado de Connor no causó un cambio de postura en mí y parte de a culpa la tuvo la estúpida frasecita que me lancé. «¿Su baba es malditamente mía?» ¿Qué demonios estaba pensando?

Demonios, no sería mal momento para despertar de esta horrible pesadilla.

—Ándate de aquí, Connor. —le espeté tratando de tranquilizarme—. Ándate antes de que yo mismo te saque.

Definitivamente era lo mejor que podía hacer, porque si no se iba no podría mantenerme tan calmado y sereno. Generalmente solía actuar bajo el enojo de manera explosiva, pero, por alguna razón, sentía que eso no era lo correcto ahora.

Por primera vez me giré hacia _______ (Tn). Ella se encontraba totalmente ida, ni siquiera podía asegurar que pudiera pestañear. ¿Cómo podía tener el poder de causar cosas sin mover un dedo?

Connor me miró con los ojos inyectados de rabia. Fue irónico, porque yo sentía el doble, incluso el triple más que él.

—¡A la mierda! —exclamó enojado—. Sabía que esto no era buena idea. Nunca debí hacerlo.

Sus palabras me dejaron un poco confundido. ¿Qué era lo que realmente pretendía? Conozco a Connor desde hace años y, puede ser un hijo de puta —con respeto a su madre—, pero definitivamente no intentaba donde no sabía que podría. Nunca en su puta vida había estado con una chica que no quisiera estar con él.

Y créanme, definitivamente ________ (Tn) no quería estar con él.

No quise darle más vueltas a lo extraño que estaba resultando el asunto, porque todo lo que me importaba ahora era saber lo que pasaba por la cabeza de mi fresita.

Connor se acercó a mí todavía impotente, pero no sentí que quisiera golpearme, sino más bien, quería decirme algo, pero no lo hizo. Vi la duda cruzar por su rostro antes de retirarse.

Lo vi salir de la casa y eso me basto para mirar rápidamente a ______ (Tn). Ella ahora estaba sentada en el sofá sin decir palabra alguna. Podía decir con seguridad que estaba absorta en sus pensamientos, pero me aterraba no saber cuáles eran esos.

Caminé con cuidado hacia ella. No quería asustarla ni hacerla sentir incómoda. Ni siquiera estaba seguro de cómo debía comportarme con ella. De repente sentí un sonido provenir de las escaleras. Ariana estaba allí sin entender qué pesaba. Le di un pequeño asentimiento y ella desapareció dejándome controlar la situación.

Me senté al lado de _______ (Tn), esperando que eso no tuviera una reacción negativa, pero, en realidad, no tuvo reacción alguna.

Me armé de valor y susurré—: ¿Estás bien?

—¿Qué demonios fue eso?

No me miró enseguida, pero solo bastó eso para que yo pudiera soltar todo el aire que había estado conteniendo en mis pulmones y volver a sonreír. Al menos podía hablar.

—¿Por qué estás sonriendo?

Ya no se notaba desconcertada, sino más bien enfadada. Lo entendía, lo importante era tener reacciones de ella, de lo contrario me habría asustado y no habría sabido qué hacer.

—Lo siento. —me excusé sin saber realmente por qué lo sentía—. Me alegro de escuchar tu voz otra vez.

Ella no dijo nada y volvió a mirar a la nada. No sé qué sentía en esos momentos ni qué pensaba de la situación, pero no le pregunté, solo me quedé en silencio esperando a que ella dijera algo.

—Estoy algo... aturdida. —comentó sin mirarme, pero asentí de igual manera. Podía notar que era así—. Pero no olvido que estoy enfadada contigo.

Mi destino eres tú (Calum Hood&Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora