E.P.H.M.A.E.D.G.C.S.E. 774-1000

917- Entre tú y yo, no hay necesidad de esconderse.

Tras 1682849505017374 años de publicar, les traigo un nuevo cap, disfrútenlo...

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"El tiempo ha pasado y ya no son de la generación actual, sin embargo, esas tres personas han obtenido el reconocimiento y la admiración de todo el Continente Shengxuan". Las comisuras de los labios de Di Beichen evocaron una cálida y encantadora sonrisa, y su mano, que envolvía por completo a Baili Hongzhuang, se tensó.

En días normales, Baili Hongzhuang tenía una mirada fuerte y acérrima con la que soportaba y respondía a todo, pero ahora,  ese semblante curioso que se le dirigía a él,  le encantaba.

Su Hongzhuang, su dama, solo mostraba ese lado frente a él.

"Así que es así ".

Baili Hongzhuang asintió con la cabeza levemente, sus ojos claros se llenaron de una luz pensativa. Al parecer, mil años era tiempo suficiente para que sucedieran muchas cosas.

En su época, los tres grandes abismos no existían, el Continente Shengxuan era vasto y hasta un tanto salvaje, lleno de lugares secretos y pruebas desafiantes.

En aquel entonces, sino hubiese explorado esas ruinas, no habría cruzado aquí gracias al Anillo del Caos.

"Ya que estás tan familiarizado con el abismo sangriento, es por qué has estado allí ¿Verdad? "

Ella levantó ligeramente la mirada mientras pensaba en Di Beichen, quien de seguro había experimentado el abismo.

Aunque Di Beichen era el joven patriarca de la Secta Tian Gang, debía cargar con muchas responsabilidades.

¿Cuántos cultivadores excelentes existían en un clan?

Él solo quería mejorar la fuerza para asegurar su posición.

Pensándolo, con lo mucho que sabía Di Beichen sobre ello, es porque anteriormente debió haber estado allí.

Di Beichen sonrió. Su mirada se posó fuera del carruaje en lo que mostraba una leve sensación de añoranza y nostalgia.

"La primera vez que fui, fue debido al maestro, que me llevó a practicar".

Baili Hongzhuang se dio cuenta de su expresión, sus ojos se suavizaron gradualmente. Parecía que el maestro de Di Beichen era tanto un padre como su maestro, una existencia significativa en su vida.

De repente, pensó que a pesar de que sabía acerca de su maestro, nunca lo oyó mencionar a sus padres, ¿Por qué será?

Un sin fin de posibilidades se arremolinaron en su mente, dándole algunas suposiciones inciertas.

Con cariño y suavidad, Di Beichen extendió su mano y la agitó frente a los ojos de Baili Hongzhuang, que se hallaba completamente ida.

"Esposa, ¿En qué piensas tan seriamente?"

Baili Hongzhuang volvió a sus cabales y una dulce sonrisa apareció en sus labios. "En nada".

Di Beichen notó la duda y complejidad de su esposa. Obviamente, no pensó en nada.

Sus gestos eran amables, sus finos labios se abrieron con parsimonia. "Esposa, si tienes algo que decir, puedes hacerlo, porque entre tú y yo, no hay necesidad de esconderse ni de ser escrupulosos".

El corazón de Baili Hongzhuang bombeó fuertemente contra su pecho. Di Beichen siempre había sido capaz de captar sus emociones a pesar de haberlas ocultado rápidamente.

Lo que no sabía era que Di Beichen no era bueno en captarlas, sino que le prestaba el mayor cuidado y preocupación.

En cada movimiento, Di Beichen la cuidaba extraordinariamente, por eso vio su incertidumbre.

Baili Hongzhuang se apoyó en su hombro y rodeó su cintura con la mano izquierda, luego levantó su cabeza para mirarlo.

Al ver a  Baili Hongzhuang de esa forma, Di Beichen supo que tenía razón.

Su amplia palma frotó con delicadeza la cabeza de Baili Hongzhuang. "Puedes decirlo".