☘Capítulo cuarenta y cinco -parte Ⅲ☘

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Jerome 

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Jerome 

Nos sentamos en unos muebles que estaban entre medio de las otras áreas, Summer aún se cubría los pechos y yo solo necesitaba beber, de vez en cuando ella me arrebataba la botella para darle largos tragos a la bebida.

—Es mejor que nos vayamos, me siento incomoda con esta ropa. —sube los pies volviéndose un ovillo en el mueble de piel de leopardo.

—Enserio le vas a hacer caso a esa mierda que camina entre personas. —la miro y ella aparta la mirada.

Su silencio me lo dice todo. Saco un cigarrillo y lo enciendo dándole unas caladas, recuesto mi cabeza atrás relajándome.

—Esa ropa... te queda hermosa... porque tú la haces lucir hermosa, Samanta.

Sentí su mirada sobre mí, pero no la mire, solo me dedique a mirar a la nada bajo el silencio de ambos y su respiración pausada. No mentía, nunca mentía, era tan cursi la manera en la que la adoraba, la veía, y a cada rato quería tocar su suave piel, mirar sus lindos ojos, oler sus suaves y largos cabello.

No sé si le expresaba bien lo mucho que la amaba, si se podrá notar cuanto daría por ella, todo lo que le expreso no es para quedar como el hombre más perfecto de todo el planeta «Tengo mis fallas de fábrica» solo soy yo mismo... y estoy seguro que como yo hay muchos, solo que terminamos con el corazón roto por ver a la chica que solo nos quiere como amigos.

—Eres como uno de esos príncipes perfectos de las películas de Disney, pero sin armadura o capa azul. —comenta mirándome.

—Que te hace decir que soy un príncipe —giro mi cabeza para mirarla. Expulso el humo por la nariz.

—Como piensas, como me tratas, como me defiendes...deberías odiarme por toda la mierda que había pasado al principio... fui un completo desastre... bueno, soy un completo desastre.

—Primeramente, yo también soy un completo desastre, así que seamos el desastre más hermosos de todo nuestro caos, guitarrita —sonreí tenue con el cigarro en la boca —y no te puedo odiar...tu sabes el porqué. —la miro directo a sus ojos y ella cambia de posición poniéndose en el otro extremo del mueble y me sube sus pies en medias en las mías. —Además al principio estabas enculada de tu lindo rubio pintoresco que te llama lienzo —musito lo último en un tono afeminada.

—¿Estas celoso? —sonríe con una ceja alzada.

—¿De lo que tiene como novia? si, ¿De cómo es él? no. —Doy una calada. —Aunque...—ladeo una sonrisa travieso —lo que él debería de tener en este momento lo tengo yo —levanto su pierna y me enderezo un poco para darle un beso en la rodilla y darle después otro más en el muslo.

Ella se enrojece y veo como entre abre los labios, sus azules llegan a mis verdes de inmediato.

—No quiero que desees a un príncipe Summer, no lo soy...

Un verano con Summer © #1 ✔Where stories live. Discover now