☘Capítulo veintisiete ☘

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Summer

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Summer

Estaba justo al lado del chico rubio cenizo, era como si hubiera descubierto américa, no podía dejar de tocar su cabello es tan suave, me sentía como niña con su Barbie de juguete, al inicio lo sentí muy incómodo cuando casi lo bombardee en preguntas sobre su cabello.

Quería contenerme, pero... no todos los días vez tan seguido ingleses...

Me esclarezco... ingleses guapos o en este caso, él guapo.

Había visto a unos cuantos con ese cabello así, pero teñidos, no a uno natural a menos que fueran los de la televisión.

En otro lado de la cochera llena de luces, cables he instrumentos se encontraba Jerome con una cara divertida al ver constantemente el rostro del rubio al yo tocar su cabello.

—¿Seguro que es natural? —pregunte por décima vez fascinada.

Como es que yo tengo miles de productos caros del cabello y él... bueno su cabello luce mejor que el mío, le preguntare que shampoo usa. Ósea después.

—Sí. —mira a Jerome y no sé porque esa mirada me da tantas vibras de que lo ayuda.

—Por eso ellos te llaman muñeco de nieve ¿verdad?

Jerome lo llamó así, cuando llegamos.

—No, no es por eso. —se limita a contesta y cuando iba a comenzar a tocar la batería lo detuve y el solo suspiro.

—¿Por qué? —indago. Escucho la risa sonora de Jerome a mis espaldas.

No me sorprende, ese francés se burla y toma a chiste mis muy serias preguntas.

—Tarada deja a muñeco de nieve tranquilo —lo mire y aun reía —Lo estas agobiando.

—Lo dejare cuando me diga que shampoo usa para tener el pelo tan sedoso como Rapunzel y Howl.

Ahora que lo digo... Jerome se parece a Howl, mi primer husbando. Otro motivo para imaginarlo en el traje... pero mejor me lo tomo de secreto, porque ahora se me desbloqueo otra inseguridad que si le digo mis gustos por el anime a alguien puede que reaccione como Leonard.

—Jerome —lo llama Jasiel, ambos lo miramos —Cómprale un helado o lo que sea para ver si se calla un momento.

—¡Oye! —Me quejo —pensé que éramos amigos.

—Lo somos, pero eres molesta a un grado de niños, no dejas de hablar, —rueda los ojos —te vas a llevar de maravilla con Nale.

—Veo que la sinceridad es tu fuerte. —musito levantando una ceja al aire.

—Y no sabes nada aun, tarada —niega divertido el francés.

De la nada Jerome se levanta y me extiende la mano, la tomo alejándome del chico alto de pelo rubio cenizo. Jerome y yo nos sentamos en el mueble viejo y gastado que está más cerca de la puerta de la cochera.

Un verano con Summer © #1 ✔Where stories live. Discover now