Un verano con Summer © #1 ✔

☘Capítulo treinta y uno -parte Ⅱ- ☘

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Jerome

Recordar esos momentos en los que veía a mis grandes ídolos musicales cantar como si nada, sin un momento de querer echarse para atrás por pánico o miedo. Estar allí en el escenario, recibir la fama, los halagos y gritos de las personas que iban por ellos para compartir sus éxitos.

Como olvidar esa tarde en la que papá me sentó en sus piernas cuando tan solo me preocupaba contar la miles de canicas de mi colección.

Sentarme para verlos desde la tele vieja con una antena desganchada, mientras mamá solo estaba en la cocina preparando la comida y Bastián solo pensaba en esa chica que iba con él en su misma clase, recuerdo que se mataba todos los días la cabeza pensando en cómo invitarla a la fiesta de la escuela.

Esa tarde, esa precisa tarde veraniega de parís en ese pequeño apartamento, le dije a papá que ellos tenían todo Fácil, que de seguro no se ponían nerviosos frente a sus fans porque ya estaban acostumbrados a tales atenciones.

Creí que ellos habían nacido famosos. Creo que mi mentalidad de niño era tan ingenua.

—No hijo, ellos lucharon por estar ahí, ellos sienten el nervio y te aseguro que se deben repetir una y otra vez, soy solo un hombre común y corriente compartiendo el don que lo apasiona. Ellos no nacen con fama... ellos deben alcanzarla para estar allí—señaló el escenario de la tele— en lo alto de las estrellas...

Tal vez y solo esa vez de aquella tarde fue la que me dije a mi mismo.

Yo quería compartir mi don.

Mirar desde un punto a mi padre y verlo orgulloso.

Tal vez él nunca se hubiera molestado conmigo sobre la música porqué sabía que una parte de él lo movía esa mala cantada, pero esa buena manera de tocar la guitarra.

No sé porque aquella noche pensé que él se molestaría por lo que quería ser o se defraudaría de mí, tal vez me intimide porque mi hermano iba ser un doctor con todo y título universitario completo y yo el fracasado, pero...

Si le dedicas la pasión y atención a lo que te gusta, no serás un fracasado. No, serás el que triunfara por querer llegar al punto del nervio de las estrellas, el camino no es fácil... es largo y lleno de espinas, pero la recompensa es grande.

—Estas pálido dedos ligeros —poso mi mirada en Nale quien ahora esta con una mano en mi hombro —¿Desde cuándo te pones tan pálido?

—Es que nunca había pisado un escenario, viejo, esto es una locura, creo que los nervios harán que vomite. —respondo hiperventilando.  

—Wow espera, tranquilo. Es normal, pero... —se acerca a mi como si me fuera a decir un muy gran secreto que nadie tiene que escuchar —imagina que son chicas despampanantes ya sabes españolas, latinas...

—Que buen consejo. —sonreí irónico.

—Lo sé —responde con su respectivo ego —fue lo que le dije a Roland que estaba que vomitaba de tan solo decir la palabra "público" espero te sirva —palmea mi hombro y se va.

—Ya vamos a comenzar —avisa Jasiel.

—En cinco...

Ellos sienten el nervio, cierro los ojos y escucho su voz de aquella tarde.

—Cuatro. —Levanta sus manos al aire con las baquetas —tres...

Te aseguro que se deben repetir una y otra vez, soy solo un hombre común y corriente compartiendo su don.