[BORRADOR FALTAS DE ORTOGRAFÍA ]
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"El destino une a las personas que más se necesitan."
Samanta cree que su verano será como los anteriores, encerrada en su cuarto con todos los problemas que se carga, pero nunca contó que aquel guitarrista fra...
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Jerome
Me había quedado en el mismo lugar en el cual ella me empujó, justo ahí con la mirada perdida en la habitación de telas blancas, muy en el fondo creí que tal vez... no sé, tal vez con el beso existía una posibilidad, una mínima, si ella hubiera querido desde el momento en que junte nuestros labios ella podía rechazarlos y no volverlos uno con los míos.
Me sentía dolido, era ese sentimiento de que quieres descargar todo lo que sientes, lo deje claro en ese simple acto ¿y qué pasó? fue la ilusión del momento, solo un simple momento que me removió con emoción y la vez destruyó lo que sentía dentro de mí.
El destino nos lastima de diferentes maneras con miles de puñales que a la vista son simples, pero para los agredidos son mortíferas, ella es mortífera, pero también es esa adicción que sabes que debes dejar, sabes que te romperá, pero se siente bien tener un abrazo de su parte, es como abrazar una esperanza, para ella misma es un huracán, para mi ella es la calma de mi tormenta.
Ya me comienzas a destruir de una manera hermosa y cruel Summer, me acabas de encerrar en tu cárcel. Comencé un viaje para realizar una lista para sanar un poco y termine dañándome con tanta simpleza.
Que irónico es el destino.
—Hijo acabo de chocar con una chica —mi madre entra al cuarto, mientras mira mi figura parada casi perdida con expectación— ¿Es alguna enfermera o algo tuyo?
—No mamá —es lo único que me limito a decir.
—¿Y entonces que hacia aquí dentro? —indaga la duda clara en sus facciones.
—Se ha equivocado de habitación, es todo —busco mi camiseta para cubrirme, la tomo y me la pongo con rapidez — ¿ya nos podemos ir?
—Sí, ya tengo los medicamentos, solo tenemos que pasar por la estación de policía para que des una declaración.
—No tengo ánimos —en verdad no tengo ni el más mínimo interés en ir allí y fingir que estoy bien, tal vez me merecía la paliza, al fin y al cabo ya estoy acostumbrado a ser el saco de golpes de todos los que quieran golpearme.
—Bueno —suspira agotada —mejor iremos mañana entonces, así estas más relajado y descansado.
—Quiero conducir.
Niega con la cabeza.
—Aun te debe de doler la espalda, mejor yo lo hago.
—No te preocupes el dolor físico es lo de menos ahora — tomo las llaves antes de que proteste nuevamente.
