☘ Capítulo quince ☘

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Summer

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Summer

Tuvimos que dejar unas calles atrás la micro, no dejo de sentirme nerviosa, me repito a mí misma que esto es una mala idea que va a salir mal ¿tal vez? pero... al parecer solo yo estoy preocupada, porque miro a Jerome y su rostro esta todo sereno, pero al mismo tiempo con una sonrisa que en momentos le cuesta ocultar.

Un viento frio pasa por nosotros poniéndome la piel de gallina, debí traer un abrigo, la noche está muy fría, la brisa choca con mi espalda y en el abierto que trae el vestido en una de las piernas, todo está en mi contra, el escote en V el abierto, la espalda descubierta.

Y ni hablemos del pelo, perezco un león. Aliso mi cabello en un intento fallido de que se amolde.

—Debiste hacerte una cola alta o algo que recoja tu cabello —sugiere el francés sin mirarme.   

Lo miro a mi lado y respondo un tanto irritada porque el cabello no se queda en su lugar. Me lo he sacado de la boca más veces de las que puedo contar.

—No creí que tendríamos que caminar y mucho menos que habría tanto viento. —me sincero.

—Espera... —se quita la goma elástica de su pelo.

—Ese traje negro le queda muy bien... —pienso.

—Gracias —sonríe con arrogancia por mi torpeza—. Lo sé tarada.

Diablos lo he dicho en voz alta, soy una estúpida, siento mis mejillas calientes y trato de sobremanera aprovechar la poca iluminación de la lámpara de la calle para ocultar mis cachetes con ese rojo expandido.

Jerome se me acerca y les juro que creí que la goma que se quitó del cabello me la daría, pero no. Se posa a mi espalda tocando mi cabello en una suave caricia, aún no me lo amarraba.

—¿Puedo?

Entiendo la pregunta y asiento.

— Si puedes, anti fan pervertido —escucho una risa de garganta ante lo último, no dice nada más.

Comienza a trenzar mi cabello desmarañado por la brisa fría de california, no me jala, lo hace de manera delicada y hasta me relaja que me este peinando y adentrando sus dedos llenos de anillos en mis cobres.

—Sabes tarada... —susurra remarcando su acento. 

—¿Qué? —inquiero curiosa.

Se acerca a mi oído y de inmediato los bellos de la nuca se me erizan con su aliento chocando en el, en ese momento recuerdo lo que sucedió en la piscina de su casa y como ese "algo" me mantuvo confundida.

—En otras circunstancias esta trenza la habría hecho para otra ocasión, —su voz es suave —una en la cual yo estaría sólo haciéndola para jalarla y no para recogerte el cabello, Summer.

Un verano con Summer © #1 ✔Where stories live. Discover now