[BORRADOR FALTAS DE ORTOGRAFÍA ]
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"El destino une a las personas que más se necesitan."
Samanta cree que su verano será como los anteriores, encerrada en su cuarto con todos los problemas que se carga, pero nunca contó que aquel guitarrista fra...
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Semana pasada
Lunes
Jerome
Creo que lo que más odiaba eran las miles de preguntas que hacían, siempre odie aquellas clases en las que miraban a un alumno diferente y al final solo era para despistar las miradas del verdadero objetivo.
Así me siento ahora con estas personas. Miran a mi madre, pero el objetivo soy yo, las preguntas son solo para mí, eso me molesta si me las van hacer un cuestionario que me presten atención y no me traten como estúpido. ¡Aún sigo estando cuerdo carajo!
—Entonces dices que, solo te montaron y golpearon y ni siquiera te quitaron nada eh.
—Cuantas veces debo decirlo... ya dije que si—respondo hastiado y a la vez aburrido por tantas vueltas con mi declaración.
—¿Seguro que no estas metido en líos con drogas muchacho?—preguntó el oficial al lado del moreno que me interroga.
—Oh claro, no ven, en este momento me estoy metiendo cocaína por la nariz—escupo las palabras con ironía y molestia sin importarme que son la ley aquí.
Al diablo me cago en todos ellos, que vengan y la mamen, ya me están hartando. Preguntan lo mismo y no me creen.
—¡Jerome! —A mi lado mi madre me regaña y me propina un codazo que ni siento —discúlpenlo —les sonríe incomoda a los policías—está un poco estresado es todo, mi hijo nunca ha consumido drogas ni nada por el estilo.
El moreno me mira a los ojos buscando alguna respuesta y claro que la obtiene, unos bellísimos ojos en blanco y un rostro de fastidio por mi parte.
Que se lo mamen a Drácula todos ellos.
—Tu expediente dice que tomas medicamentos tal vez tiene alto contenido en...
—¡¿Qué diablos esta insinuando?! —Mi madre grita con indigno y todos en la comisaria dirigen su atención a nosotros —¡que mi hijo está loco, esto es mucha falta de profesionalismo de su parte valsa de pendejos!
—Señora mantenga la calma...
La palma de mi madre estalla en la mesa haciendo un ruido fuerte que hace que se callen.
—No me pida que me calme —escupe —a mi hijo le dieron una paliza, lo han dejado con la espalda morada casi le da una infección por la gravedad en la que lo dejaron —sus palabras son molestas—como le pide a una madre que se calme, su deber es investigar y no hacer teorías de cosas donde no las hay.
La peor que pudieron haber hecho esta gente es levantar la furia de mi madre.
—Estaremos hoy mismo por esa calle, se lo aseguro—una voz masculina he impotente habla a nuestras espaldas.
