Un verano con Summer © #1 ✔

☘Capítulo cincuenta y cinco☘

Jerome

Estoy más que preocupado por Elaine, no para de llorar, de pedir perdón por su hermano, intenté ponerla en pie, pero se negó restregándose en el suelo, ensuciando así su vestido de tierra, sé que debo decirle... porque si no seguirá la culpa que ella está tomando ahora en lugar de su hermano menor.

La envuelvo con más fuerza entre mis brazos, ella lo necesita y no me equivoco cuando se refugia en mi pecho sin dejar ese susurro de perdón que debería estar pidiendo yo en este momento.

Necesito que se apoye en mi porque le comenzaré a contar mi secreto... mi mala decisión, no le gustara, sé que la dejara mal saber la otra cara de la moneda que se ocultó.

—Te contaré lo que nadie dijo del pasado —comienzo hablar y ella sigue en su tarea de sólo llorar y susurrar con los cabellos dorados pegados a su cara por las lágrimas —la otra cara oscura de la historia,—las imágenes quieren surgir de la nada y la aferro más a mi porque yo también tengo un temor que no me deja hablar con claridad —Aquella noche frente a los ojos de aquel niño, le arrebataron a su padre, quien le ayudaba a cumplir sus metas y a su hermano quien le daba estabilidad y confianza. —me pierdo en el más allá de ese árbol bajo su tumba.

Me duele tanto el pecho...

—El tenía rencor en su corazón sin importar lo que le enseñó su progenitor, ya no importaba el perdón para ese niño, por eso cuando aquel chico lo fue a buscar para pedirle perdón, él sólo le gritó, lo rechazó y se peleó con él. En ese entonces la ira era más fuerte que querer perdonar a quien sin pensarlo dos veces arrancó dos vidas frente a esos ojos que nunca creyeron ver sangre jamás.

Ella deja de llorar y susurrar cosas para tan sólo escucharme, sus dedos se enrollan en mi ropa y la siento tensa cuando menciono a su hermano.

—Le dio más coraje cuando la información y rostro de aquel chico se quedaron en anonimato, creyó que la justicia no servía por dejarlo así, como si nada, como si no hubiera matado a dos personas por su inmadurez de drogarse aquel día para asaltar en forma de broma un establecimiento, por eso el niño aceptó lo que le propuso su novia, que era ya recién graduada y mayor, la cual sabría qué hacer en todo el caso.

Las imágenes vuelven y la culpa me penetra el pecho, el tórax recibe todo el sentimiento violento que hace temblar mis manos y por un minuto me siento la garganta seca, como si todo volviera a ser como ese día, como si mi cuerpo se sintiera a la defensiva nueva vez.

—Me dio la idea de exponerlo ante su escuela, que todos supieran quien había matado a los turistas esa noche, que si habían atrapado a los enmascarados y al chico de mirada azulada que describió el niño que presenció su acto —Elaine se separa de mí y veo como me mira asustada por lo que sigue en mi cuento, en la otra cara de la moneda.

—No puede ser...—ahora es ella quien niega —dime que no lo hiciste...—lloró más y no dejo que la toque cuando se arrastró lejos de mí pecho.