[BORRADOR FALTAS DE ORTOGRAFÍA ]
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"El destino une a las personas que más se necesitan."
Samanta cree que su verano será como los anteriores, encerrada en su cuarto con todos los problemas que se carga, pero nunca contó que aquel guitarrista fra...
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Summer
Miro el reloj de la pared y después a la puerta de la tienda, el calor esta para morirse. Ya sé lo que sienten los huevos fritos cuando los frio o la gente que vive en Arizona.
Mal día para ponerse pantalones largos.
Sigo esperando algún cliente en la caja registradora, pero nada y eso me tiene aburrida, Emmy dijo que vendría más tarde, la note triste y un poco preocupada aunque no sé el porqué.
¡Me aburro maldita sea! De tanto esperar a que entre alguien. Mamá está en su despacho haciendo la contabilidad del negocio y aquí solo está el ruido del abanico y yo, mala suerte para hoy porque el aire se averió.
Tomo mi celular para revisar Instagram, miro las nuevas noticias y chismes de la red con atención cuando la campanita de la puerta suena indicando la llegada de un cliente, suelto el celular y detallo la puerta, en ella se encuentra una chica alta, cuerpo con muchas curvas, pelo negro, sus ojos son un misterio porque lleva grandes lentes de sol negros, su ropa es un poco... exagerada parece que va a una oficina de trabajo. Dios mío quien se pone chaqueta con este calor.
Nota mi presencia tras el mostrador y camina hacia mí. Pregunta en un tono algo descortés y con una voz que se me hace chillona.
—¿Dónde están las cervezas? —¿Enserio? no dice buenas tardes ni nada.
—Necesito su identificación primero, por favor. —digo lo estipulado cuando compran alcohol.
—Soy mayor, niña, en cambio tú... —me señala y la interrumpo de inmediato antes de que diga algo que me moleste.
—Necesito verla, por favor —insisto ya conteniendo una grosería.
Paciencia.
Paciencia —Me repito para no perder los estribos.
Ella con molestia me pasa su identificación, miro la edad de la chica un tanto sorprendida, ¡24 años! no parece de su edad. Le devuelvo su identificación y le señalo el área de bebidas alcohólicas. Ella toma las cervezas y vuelve a la caja registradora para pagar.
Le pregunto cortes mientras paso el producto por la máquina.
—¿Efectivo o tarjeta?
—Tarjeta —me extiende una tarjeta visa dorada con suficiencia y una sonrisa en su rostro, como si eso fuera lo más grande.
Procedo a pasarla por el verifond.
Denegada.
La miro esperando una repuesta de su parte, pero nunca llega y le digo para que reaccione de su sorpresa. O tal vez vergüenza.
—La tarjeta no pasa señorita. —comunico.
—Inténtalo de nuevo —me dice casi en una orden — eso no puede ser posible.
