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Después de que Harry despertara a la rubia, por que literalmente se durmió sobre él; Neferet tenia que admitir que el chico era muy cómodo, tomo su uniforme y se fue a cambiar.
El tren aminoró la marcha, hasta que finalmente se detuvo.
Neferet no estaba escuchando la conversación de los chicos, ya que estaba más entretenida observando el lugar y tampoco tenía problema en perderse ya que Harry la está jalando de la mano, la rubia estaba segura de que si no caminaba el chico la arrastraría por todo el piso.
Neferet se ubicó en los botes con Harry y Ron y una niña de cabello alborotado.
-¿Subieron todos? -pregunto un hombre barbudo que media más de un metro- ¡Vamos! ¡ADELANTE!
Y todos los botes se movieron atravez, deslizándose por el lago.
-¡Bajen las cabezas! -exclamó el hombre que Harry le dijo que se llama Hagrid.
-¡Eh, tú, el de allí! ¿Es éste tu sapo? -dijo Hagrid -¿Están todos aquí? Tú, ¿todavía tienes tu sapo? -Hagrid levantó un gigantesco puño y llamó tres veces a la puerta del castillo.
La puerta se abrió de inmediato. Una bruja alta, de cabello negro y túnica verde esmeralda, esperaba allí. Tenía un rostro muy severo, y el primer pensamiento de Neferet fue que se trataba de alguien con quien era mejor no tener problemas.
-Los de primer año, profesora McGonagall -dijo Hagrid.
-Muchas gracias, Hagrid. Yo los llevaré desde aquí.
Siguieron a la profesora McGonagall a través de un camino señalado en el suelo de piedra. Y los llevo a una habitación vacía, fuera del vestíbulo.
-Bienvenidos a Hogwarts -dijo la profesora McGonagall- El banquete de comienzo de año se celebrará dentro de poco, pero antes de que ocupen sus lugares en el Gran Comedor deberán ser seleccionados para sus casas. La Selección es una ceremonia muy importante porque, mientras estén aquí, sus casas serán como su familia en Hogwarts. Tendrán clases con el resto de la casa que les toque, dormiran en los dormitorios de sus casas y pasaran el tiempo libre en la sala común de la casa.
La rubia se desconecto del mundo cuando la profesora McGonagall comenzó a nombrar las casas y se replanteó en que casa podría quedar.
-Volveré cuando lo tengamos todo listo para la ceremonia -dijo la profesora McGonagall- Por favor, esperen tranquilos.
-¿Cómo se las arreglan exactamente para seleccionarnos? -preguntó Harry.
-Creo que es una especie de prueba. Fred dice que duele mucho, pero creo que era una broma -dijo Ron.
Unos veinte fantasmas acababan de pasar a través de la pared de atrás. Se deslizaban por la habitación, hablando sobre alguien llamado Peeves.
-¡Alumnos nuevos! -dijo el Fraile Gordo, sonriendo a todos- Están esperando la selección, ¿no? -algunos asintieron ¡Espero verlos en Hufflepuff -continuó el Fraile- Mi antigua casa.
-En marcha -dijo una voz aguda- La Ceremonia de Selección va a comenzar -la profesora McGonagall había vuelto- Ahora formen una hilera y siganme.
Neferet se ubicó atrás de Ron, salieron de la habitación y entraron al Gran Comedor.
La profesora McGonagall ponía en silencio un taburete de cuatro patas frente a ellos. Encima del taburete puso un sombrero remendado, raído y muy sucio.
El sombrero comenzó a cantar y cuando termino, la profesora McGonagall se adelantó con un gran rollo de pergamino.
-Cuando diga su nombre, deberán ponerse el sombrero y sentarse en el taburete para que los seleccionen -dijo- ¡Abbott, Hannah!
La niña quedó en Hufflepuff y así fueron pasando varios alumnos más.
-¡Granger, Hermione! -la chica casi corrió hasta el taburete y se puso el sombrero, muy nerviosa.
-¡GRYFFINDOR! -gritó el sombrero. Ron gruñó.
Siguieron pasando hasta que llegó el turno de Harry.
-¡Potter; Harry!
Mientras Harry se adelantaba, los murmullos se extendieron rápidamente.
Harry se dio la vuelta para mirar a Ron y a Neferet, la rubia le sonrió en señal de que todo estaba bien.
Después de un rato el sombrero grito ¡GRYFFINDOR! y Harry les sonrió con alivio a sus amigos.
-¡Ryddle Neferet!
Fue el turno de la rubia ponerse nerviosa, volteó a la mesa de profesores y vio a Dumbledore quien le regaló una sonrisa.
-Mm -dijo una voz en su oído- Veo talento, astucia, ingenio e inteligencia... Slytherin sería un buen camino para continuar con la tradición familiar («¿Familiar?¿Mi familia había sido Slytherin?» pensó Neferet) no lo sabes... bien tengo mi decisión. Seras una gran bruja Neferet.
-¡SLYTHERIN!
Inmediatamente la rubia volteó a ver a Harry y Ron, el pelirrojo le mando una mala mirada y Harry simplemente no la miro. Ellos creían que todos los Slytherins eran malos.
Camino hacia su mesa y se sentó junto a una niña rubia.
