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—¿Qué haces? —preguntó Nefe.
—Estudio Nefe, tu también deberías hacer lo mismo.
—¿para qué?
—¿Cómo que para qué?, los exámenes son en un mes.
—Ah, ¿tan pronto?
—Si, ¡Ay! no puedo creer lo perdida que estás.
—Bueno, pero aprendo rápido, tengo memoria fotográfica —dijo mientras tomaba un libro.
—¿memoria fotográfica? —preguntó Daphne.
—Significa que puedo recordar todo con lujo de detalles.
—Eso es fantástico.
—Si, bueno, voy a las orillas del lago negro ¿vienes?
—No, ve tu, nos vemos después.
Camino al lago, cuando caminaba por los pasillos no se percató de su alrededor, ya que tenía el libro que Daphne le había regalado, un golpe en su hombro, hizo que el libro cayera al suelo.
—¡Oh, perdón, huerfana! —grito Draco Malfoy caminando en reversa mientras reía en tono de burla, como siempre Crabe y Goyle estaban con el.
Creo que no lo había mencionado antes pero Malfoy y su séquito la molestaban por no tener padres, y le decían sangre sucia ya que su apellido no era nada común en el mundo mágico.
—No te alteres, Nefe... No te alteres... —susurraba para si misma tratando de aguantarse las ganas de darle una patada en la cara— Tu eres mejor que la Barbie y su séquito.
Draco, Crabe y Goyle desaparecieron por el final del pasillo, riendo a carcajadas.
Camino apresuradamente a la salida del castillo, bajo la colina hasta llegar a un árbol al lado del lago negro.
Tiró sus mochila al lado del árbol, se paró al comienzo del lago, mirando hacia el otro extremo de éste. Respiró hondo.
—Lindo paisaje, ¿no? —dijo una voz detrás de ella.
Neferet se sobresaltó y giró rápidamente. Allí, recostado sobre el árbol, se encontraba un chico de tal vez dos años mayor que ella. Era un Hufflepuff. Y debía admitir que era guapo.
—¿Qué haces aquí? Yo llegué primero. Trato de escapar de la humanidad y tú te apareces —gruñó Nefe, señalandolo. No solía hablar con desconocidos.
—Bueno... en realidad, yo estaba aquí antes —dijo el chico señalando el suelo. Nefe frunció su ceño— Estuve sentado aquí todo el tiempo, me golpeaste con tu mochila —dijo el castaño de ojos miel.
—Oh... —exclamó Nefe poniendo su cara de póker— No te vi —murmuró la niña.
—Ya me di cuenta —dijo el castaño.
—¡Oye, no te hagas el listo conmigo! —exclamó Nefe fastidiada. El chico alzó sus manos en son de Paz.
—Soy Cedric Diggory —se presentó el Hufflepuff, extendiendo su mano hacia la rubia.
Nefe hundió sus cejas y inspeccionó la acción del chico. Hasta ese entonces, no se había hablado con ningún Hufflepuff.
—Neferet Ryddle —dijo finalmente, aceptando la mano del chico.
—Una Slytherin, ¿eh? —dijo Cedric con una sonrisa en su rostro.
—Un Hufflepuff, ¿eh? —lo imitó Nefe.
Cedric soltó una risa ante el gesto de la rubia.
—¿Quieres hablar del "porqué" de tu escape de la sociedad? —dijo Cedric sin borrar su sonrisa.
—Simple: Daphne quiere que estudie para los exámenes, pero ya estudié demasiado, aprendo rápido, confío en mi misma y en Merlín y si no venía por aire limpio, terminaría infectada por la Barbie Malfoy y su séquito —explicó Nefe— Y... probablemente terminarían en la enfermería
Cedric rió.
—¿Hablas del famoso hijo de los Malfoy? —preguntó Cedric, Nefe asintió mientras giraba sus ojos con frustración— Pero... eres Slytherin, ¿por qué te molestan? —preguntó con confusión.
—Bueno... yo no tengo padres, y no sé si soy nacida de muggles o de magos, de todas maneras eso no importa.
—Lo siento, no debí preguntar.
—No, tranquilo, no importa —contestó.
Después de un incómodo silencio en el que nadie habló Nefe se ento junto a Cedric y preguntó —¿Los medimagos salvan la vida o solo retrasan la muerte?
—Ah..., ¿Que?
—Si, estuve en la biblioteca y leí un libro sobre medimagia, quisiera ser medimaga, aunque también me gustaría jugar quidditch, pero dudo que en mi casa me dejen jugar —dijo pensativa— volviendo a la anterior pregunta.
—Ah, bueno creo que... ¿salvan la vida?
—No, yo creo que, retrasan la muerte, porque en algún punto todos vamos a morir, no es algo que se pueda evitar, solo retrasar.
—Ah, okey, perdón¿cuántos años tienes?
—Once, ¿porqué?
—No, por nada.
—¡Neferet Ryddle! —el grito de Daphne desde la entrada del castillo, hizo que ambos miraran a la Slytherin. Daphne le hacía señas a Nefe para que fuera, parecía molesta.
—Creo que te hablan —dijo Cedric volviendo a mirar a la rubia que ahora juntaba sus cosas.
—Ay, uso mi nombre completo... creo que esta enojada —dijo Nefe, comenzando a alejarse— Adiós, Tejón.
—Adiós, rubia —saludó el castaño con una sonrisa.
Nefe comenzó a caminar en dirección a Daphne con una sonrisa.
—¿Estudiaste? —le preguntó Daphne— Bueno, ahora no importa, ¿quién es?
—Un nuevo amigo.
Ni Cedric ni Neferet lo sabían. Pero en ese momento una de las amistades más leales del mundo mágico nació.
___________________ ¡Gente! Más tarde voy a publicar el último cap del acto uno, quería terminarlo cuanto antes para seguir con el dos que lo publicaré el domingo o el lunes. Eso es todo bay.
