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𝐂 𝐀 𝐏 𝐈 𝐓 𝐔 𝐋 𝐎  𝟔𝟔
"𝗘𝗤𝗨𝗜𝗣𝗢 𝗗𝗘 𝗤𝗨𝗜𝗗𝗗𝗜𝗧𝗖𝗛"

𝐂 𝐀 𝐏 𝐈 𝐓 𝐔 𝐋 𝐎  𝟔𝟔"𝗘𝗤𝗨𝗜𝗣𝗢 𝗗𝗘 𝗤𝗨𝗜𝗗𝗗𝗜𝗧𝗖𝗛"

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El príncipe mestizo. Era el sobre nombre del anterior dueño del libro que había tomado Harry, cuando la rubia vio las anotaciones que tenía tenía libro, le eran vagamente familiares.
Hermione regañaba constantemente Harry por el libro, y claro, el azabache le hacía caso omiso.

La rubia entró al Gran Comedor leyendo un libro, al cual le había ocultado el verdadero nombre y lo cambió por un libro cualquiera. El libro era de magia oscura, perteneciente a la biblioteca de Tom.

—¿Qué lees Nefe? –preguntó Hermione cuando la rubia llegó a la mesa de los leones.

—Nada —dijo cerrando el libro. Los chicos retomaron su conversación.

—También debemos hablar con Hagrid —resopló Hermione con cara de disgusto.

—Iremos después del quidditch —propuso Harry para tranquilizarla—. Pero es posible que las pruebas duren toda la mañana; se ha apuntado mucha gente. No entiendo por qué de repente el equipo despierta tanto interés.

Nefe lo volteo a ver con incredulidad.

—¡Vamos, Harry! —dijo Hermione con un deje de impaciencia—. ¡Lo que despierta interés no es el quidditch, sino tú! Nunca habías provocado tanta fascinación, pero, francamente, no me extraña, porque nunca habías estado tan atractivo. —Ron se atragantó con un trozo de arenque ahumado y Nefe resopló.

—Harry siempre ha sido atractivo —declaró Nefe.

Nefe vio que el calor subía a las mejillas de su novio.

—Ahora todo el mundo sabe que decías la verdad, ¿no? —continuó Hermione— Ahora te llaman «el Elegido». Vamos, hombre, ¿todavía no entiendes por qué la gente está fascinada contigo?

—Además, fuiste víctima de la persecución del ministerio, que intentó demostrar por todos los medios que eras un desequilibrado y un mentiroso, y aún conservas en la mano las señales que te hiciste escribiendo con tu propia sangre durante los castigos que te imponía aquella horrible mujer. Pero, pese a todo, te mantuviste firme en tu versión...

—Yo todavía tengo las marcas que me hicieron aquellos cerebros en el ministerio cuando me agarraron, mira —terció Ron arremangándose la túnica.

—Y por si fuera poco, este verano has crecido más de un palmo —concluyó Hermione haciendo caso omiso.

La rubia volvió a abrir el libro para centrarse en el tema que estaba estudiando, claro está, sobre artes oscuras. Terminó su desayuno y, en ese mismo momento, Draco salía de el Gran Comedor. Nefe comenzó a tomar sus cosas.

—¿Ya te vas? —le preguntó Harry. Nefe lo volteo a ver.

—Tengo que organizar unas cosas, y voy a buscar a Daphne.

𝐏𝐑𝐄𝐓𝐓𝐘 𝐄𝐘𝐄𝐒Where stories live. Discover now