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𝐂 𝐀 𝐏 𝐈 𝐓 𝐔 𝐋 𝐎  𝟕𝟔
"𝗦𝗘𝗖𝗨𝗘𝗦𝗧𝗥𝗢 𝗘𝗡 𝗟𝗔 𝗕𝗢𝗗𝗔"

Cuando la rubia se despertó, sentía un gran dolor en el cuerpo, no sabía que hechizo la había golpeado

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Cuando la rubia se despertó, sentía un gran dolor en el cuerpo, no sabía que hechizo la había golpeado. Ya era de día por lo que suponía que había pasado la noche ahí.

Sintió un dolor en las muñecas y luego llevo su vista a ellas para ver que estaban atadas al igual que sus pies.

Parpadeó confundida, tratando de acostumbrarse a la luz, y miró a su alrededor. No estaba segura de dónde estaba, la habitación tenía algunos adornos de Gryffindor, Quidditch y fotografías con caras que no reconocía por la distancia.

—Está despierta.

Gruñó, intentando moverse en la cama pero la cabeza le dolia horrible. Diablos, ¿quién había sido el imbécil y dónde estaba su varita? Sabía que mortífagos resentidos con el favoritismo su padre hacia ella no eran, porque eso les daba un pase gratuito a una sesión de tortura, algo que habían comprobado un par de veces algunos qué se querian pasar de listos. No, mortífagos no eran, ¿los magos de la Orden? Eso tenía más sentido, definitivamente, aunque la extrañaba que no hubieran intentado matarla, en vez de noquearla y secuestrarla.

—Lena, no pases.

La puerta se abrió, y una figura alta entró.

Reconoció al hombre y comenzó a buscar su varita disimuladamente con la mirada, aunque primero necesitaba quitarse las cuerdas.

— ¿Cómo estás, Neferet?

—Impaciente —contestó la rubia

El hombre se sentó en la cama donde ella había estado antes, completamente desarmado. Aunque no le servía de nada pues la rubia estaba completamente atada, por lo que de igual manera estaba en desventaja.

— ¿Impaciente por qué?

—Por qué me desaten para largame de este lugar... ¿tienen idea de la estupidez que cometieron? ¿No creen que mi padre estará buscándome?

—Nefe... Aquí estás a salvo, podemos protegerte, se que no eres mala. Puedes dejar de fingir ser... Mortífaga, te protegeremos.

—No profesor Lupin, está equivocado, si usted no creyera qué no soy mala, yo no estaría atada.

La puerta se volvió a abrir al momento que Nefe terminó de hablar. Lena había entrado al lugar con una mirada sería en el rostro.

—Neferet... tu no eres mala, yo te descuide, te deje con él cuando pude llevarte conmigo.

—No Lena, si yo ubiera querido yo misma me iba de ahí, estoy del lado qué yo escoji, y la verdad es que no entiendo como me tiene aquí tan tranquilos cuando yo fui quien mato a Alastor Moody y ustedes lo saben.

—Nefe...

—No Lena, es la realidad, he matado personas y no me cuesta decirlo —en realidad, le costaba mucho decirlo, pero tenía que aparentar.

𝐏𝐑𝐄𝐓𝐓𝐘 𝐄𝐘𝐄𝐒Where stories live. Discover now