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𝐂 𝐀 𝐏 𝐈 𝐓 𝐔 𝐋 𝐎  𝟒𝟓
"𝗨𝗡 𝗖𝗨𝗠𝗣𝗟𝗘𝗔𝗡̃𝗢𝗦 𝗗𝗜𝗙𝗘𝗥𝗘𝗡𝗧𝗘"

Los primeros dos días viviendo con Tom no fueron tan malos como pensó, aunque lo evitaba lo más posible lo cual era fácil por que la mayor parte del tiempo estaba en su oficina o simplemente salía, claro nunca le decía a donde

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Los primeros dos días viviendo con Tom no fueron tan malos como pensó, aunque lo evitaba lo más posible lo cual era fácil por que la mayor parte del tiempo estaba en su oficina o simplemente salía, claro nunca le decía a donde. También el mismo día que llego por la noche apareció Winnie y le trajo a Atenea, le venía bien tener su compañía.

La mañana de su cumpleaños, la rubia despertó de un buen humor, a pesar de todo lo que le sucedía y que no estaría ese día con sus amigos, tendría que verle lo positivo al día.

Comenzó tomando una ducha en la bañera, después de un largo rato salió y con un truco que le había enseñado Daphne comenzó a hacerse ondas en el cabello sin magia. Después le tocó elegir la ropa que usaría, aunque no viera a nadie quería verse bien. Termino eligiendo un vestido un poco arriba de la rodilla que tenía un  estampado de flores en tonos grises, encima se puso un cardigan beige y se puso unos zapatos de agujetas de un color similar. Para el peinado tomo dos partes del cabello de adelante y las amarro atrás con un listón, algo cencillo pero muy lindo. Al final coloco un poco de rímel y rubor, bastante sutil. Al terminar se sentó en el sofá que estaba en su cuarto y Atenea se acercó a ella.

—¿Qué planes tienes para hoy? —le preguntó.

—No lo sé, talvez vaya por fin a explorar la biblioteca, dar un paseo por el bosque o visitar el pueblo, claro si es que no me lo prohibe.

—Ni si quiera has hablado con él lo suficiente para saber que te va a prohibir o no.

—No importa que sea mi padre, no me gusta su presencia... al menos no me he acostumbrado lo suficiente.

—Igual hoy tendrás que hablar con él, seria muy descortés que no te felicite por tu cumpleaños.

—¿Tienes hambre? Porque yo si, hay que bajar a desayunar.

La rubia se levantó camino hacia al comedor, Atenea la seguía a su lado; Era cierto que le encantaba ver por el balcón pero no le agradaba la idea de subir y bajar tantos escalones todos los días. Entrando al comedor se llevó una sorpresa, pues Tom se encontraba sentado en la punta ta de la mesa, lo cual era un poco raro porque en los dos días que había estado aquí no se había presentado más que a la cena durante la noche.

—Buenos días Nefe, te estaba esperando —saludo —toma asiento, no sabía que te gustaba así que ordene que trajeran un poco de todo.

Y era cierto porque la rubia vio que en la mesa había bastante comida, tomó asiento en la silla a un lado de Tom, Atenea se coloco en su regazo.

Tomó un plato observó en la mesa y había tantas cosas que no sabía que elegir, opto por servirse dos waffles y les puso miel de maple.
Estaban sentados en un silencio un poco incómodo y Nefe no tenía planeado romperlo.

𝐏𝐑𝐄𝐓𝐓𝐘 𝐄𝐘𝐄𝐒Where stories live. Discover now