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𝐂 𝐀 𝐏 𝐈́ 𝐓 𝐔 𝐋 𝐎  𝟎𝟗
"𝗛𝗢𝗪𝗟𝗘𝗥"

Neferet no vio ni a Harry y Ron durante la selección, si no hasta el siguiente día durante el desayuno, cuando entro al Gran Comedor, Harry y Ron le hicieron señas para que fuera a su mesa, se despidió de Daphne y se dirigió a la mesa de Gryffindo...

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Neferet no vio ni a Harry y Ron durante la selección, si no hasta el siguiente día durante el desayuno, cuando entro al Gran Comedor, Harry y Ron le hicieron señas para que fuera a su mesa, se despidió de Daphne y se dirigió a la mesa de Gryffindor, recibiendo malas miradas de algunos, los chicos le contaron como llegaron a Hogwarts.

Neferet sabía que eran propensos a problemas, pero no pensó que llegaría al punto de llegar a Hogwarts en un auto volador.

—Entonces se estrellaron en el sauce boxeador.

—Si —dijo Harry— y casi nos expulsan si no fuera por McGonagall y Dumbledore.

—El correo llegará en cualquier momento —comentó Neville mientras tomaba asiento— supongo que mi abuela me enviará las cosas que he olvidado.

Efectivamente, Neferet se servía jugo de calabaza cuando un centenar de lechuzas penetraron con gran estrépito en la sala, volando sobre sus cabezas, dando vueltas por la estancia y dejando caer cartas y paquetes sobre la alborotada multitud. Un gran paquete de forma irregular rebotó en la cabeza de Neville, y un segundo después, una cosa gris cayó sobre la taza de Hermione, salpicándolos a todos de leche y plumas.

—¡Errol! —dijo Ron, sacando por las patas a la empapada lechuza. Errol se desplomó, sin sentido, sobre la mesa, con las patas hacia arriba y un sobre rojo y mojado en el pico.

»¡No. ..! —exclamó Ron.

—No te preocupes, no ha muerto... no aún —dijo Nefe, tocando a Errol con un tenedor.

—No es por eso... sino por esto —Ron señalaba el sobre rojo. A Harry y Neferet no le parecía que tuviera nada de particular, pero Ron y Neville lo miraban como si pudiera estallar en cualquier momento.

—¿Una carta? —preguntó Neferet.

—No es una simple carta, me enviaron un howler —dijo Ron con un hilo de voz.

—¿Qué es un howler? —dijo Harry.

Pero Ron fijaba toda su atención en la carta, que había empezado a humear por las esquinas.

—Ábrela —urgió Neville—. Será cuestión de unos minutos.

Ron alargó una mano temblorosa, le quitó a Errol el sobre del pico con mucho cuidado y lo abrió. Neville se tapó los oídos con los dedos. Ni Harry y Neferet comprendieron por qué lo había hecho hasta una fracción de segundo después.
Por un momento, creyó que el sobre había estallado; en el salón se oyó un bramido tan potente que desprendió polvo del techo.

—... ROBAR EL COCHE, NO ME HABRÍA EXTRAÑADO QUE TE EXPULSARAN; ESPERA A QUE TE PONGA LAS MANOS ENCIMA, SUPONGO QUE NO TE HAS PARADO A PENSAR LO QUE SUFRIMOS TU PADRE Y YO CUANDO VIMOS QUE EL COCHE NO ESTABA...

𝐏𝐑𝐄𝐓𝐓𝐘 𝐄𝐘𝐄𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora